Cada vez es más común que los consumidores encuentren materiales extraños en sus alimentos, lo que genera una gran alerta y preocupación. Entre los contaminantes más alarmantes están los microplásticos, que se han detectado en una amplia variedad de productos alimenticios. Esta problemática no se limita solo a los microplásticos, ya que en 2024 se reportaron fragmentos metálicos en varias marcas de galletas y fragmentos de vidrio en una conserva de bonito del norte. Pero, ¿qué debemos hacer si nos encontramos con uno de estos contaminantes en nuestra comida?
4QUÉ ES UNA ALERTA ALIMENTARIA

Una alerta alimentaria es un aviso emitido por las autoridades competentes cuando se detecta que un alimento puede representar un riesgo para la salud de los consumidores. En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) es el organismo encargado de gestionar estas alertas. El proceso comienza cuando se identifica un problema en un alimento, ya sea a través de controles rutinarios, denuncias de consumidores o información de las empresas. Una vez confirmado el riesgo, la AESAN emite una alerta que se comunica a través de diferentes canales para informar a la población y a las autoridades competentes.
El procedimiento para gestionar una alerta alimentaria implica varias etapas: identificación del riesgo, evaluación de la gravedad, comunicación de la alerta y seguimiento de las medidas correctivas. La AESAN trabaja en coordinación con las autoridades autonómicas, el Ministerio de Sanidad y otros organismos nacionales e internacionales para garantizar una respuesta rápida y efectiva. Esta coordinación es esencial para retirar del mercado los productos afectados y prevenir nuevos incidentes.