viernes, 6 junio 2025

La ciencia explica por qué nos resulta tan desagradable escuchar nuestra propia voz grabada

¿Alguna vez has sentido esa incómoda sensación al escuchar tu voz grabada? ¿Te has preguntado por qué nos resulta tan desagradable escuchar ese sonido que parece ser tan diferente de lo que percibimos cuando hablamos? La ciencia nos ofrece fascinantes respuestas a esta desconcertante experiencia. Sumérgete con nosotros en el intrigante mundo del fenómeno vocal y descubre por qué nuestra reacción a escuchar nuestra propia voz grabada va más allá de la mera sorpresa. ¡Prepárate para desvelar los misterios detrás de esta curiosa incomodidad!

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Nuestra voz resuena en nuestro cráneo cuando hablamos

Nuestra voz resuena en nuestro cráneo cuando hablamos

Cuando hablamos, nuestra voz no solo se propaga a través del aire, sino que también resuena en los huesos del cráneo y otros tejidos que actúan como caja de resonancia. Estos «obstáculos» por los que atraviesa nuestra voz influyen en su timbre, haciendo que sea más grave y con mayor resonancia. Por eso, cuando escuchamos nuestra voz en una grabación, la percibimos de manera diferente. Ha pasado únicamente por el aire, sin la modulación adicional de nuestros órganos internos.

Este fenómeno explica por qué nuestra voz grabada puede sonar más «sólida» o diferente de lo que esperamos. Si tenemos un tono de voz muy grave, puede parecernos demasiado bronco; si es agudo, puede sonar chillón. La discrepancia entre nuestra voz hablada y la grabada puede generar desconcierto y, en ocasiones, insatisfacción con nuestro propio sonido vocal.


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