La imprevisión empresarial de Uber y Cabify les impide desbloquear la huelga

Cuando Uber, Cabify y Bolt se dieron cuenta de que no podrían seguir operando dando prioridad  trabajadores autónomos, las dos empresas se vieron en una encrucijada. Aunque era posible que simplemente contratar a los conductores y gestionar ellos las licencias y vehículos, la estrategia terminó haciendo que tuvieran que trabajar de la mano de empresas como Auro o Vecttor, que son las que realmente gestionan las licencias, los vehículos y los contratos de los conductores, y que, por tanto, son las encargadas de negociar el convenio en ciudades como Madrid. Es un modelo que complica la situación en momentos como el actual en la capital, donde se negocia el convenio del sector VTC.

El problema es que de momento las negociaciones no van bien y los tres sindicatos principales que representan a los conductores, UGT, CC. OO. y el Sindicato Libre de Transporte (SLT) han puesto fecha para los primeros días de huelga y las movilizaciones en la capital. En principio, hay 7 días confirmados de huelga de 24 horas, 21, 28 y 29 de junio y el 4, 5, 6 y 7 de julio, pero se espera que si tras las protestas de estos días sigue sin haber un acuerdo la situación puede repetirse. 

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En cualquier caso se trata de una situación donde Cabify, Uber o Bolt no pueden intervenir directamente. Aunque es posible que sus intereses vayan en línea con las dos patronales que manejan la mayoría de las licencias de VTC en los coches y los contratos en la capital, Unauto VTC y Aseval, que son quienes están negociando con los sindicatos, y, por tanto, quienes deben hacerse responsables de que en las próximas semanas haya un acuerdo, o, al menos, que se retome la mesa de negociación entre las dos partes para reducir la tensión.

Pero incluso en caso de un acuerdo, las nuevas plataformas de transporte podrán verse obligadas a lidiar con problemas que seguramente prefieran evitar. Para los sindicatos, el principal punto de la negociación es el aumento de los sueldos mínimos para los conductores, de los actuales 16.000 euros anuales hasta los 18.000 euros, lo que pasaría también por una subida de precios. Es una posición complicada para estas tres empresas. Tener precios más baratos que los taxis es uno de los puntos clave de su estrategia de negocio, por lo que un cambio en los precios puede ser un problema casi imposible de superar y que afecte permanente en su negocio y su relación con el público.

CABIFY, UBER Y BOLT ENFRENTAN SU PRIMERA GRAN HUELGA EN PLENO VERANO

Las fechas de huelga son además importantes para el negocio de las VTC en Madrid al coincidir con grandes eventos, algo lógico porque les ayudar a presionar. Así, el 21 de junio coincide con el festival de electrónica ‘A Summer Story’ y los 4 días de julio con el festival ‘Río Babel’, uno de los más importantes de Madrid. Además, es fácil imaginar que si continúa la protesta apunten al fin de semana del Mad Cool, uno de los fines de semana de mayor facturación para estas empresas y también uno de los de mayor facturación para los conductores. 

En Madrid, hasta ahora no ha habido una huelga de este tamaño que estacione a los conductores de Cabify, Uber y Bolt. El hecho de que no puedan intervenir para evitarla, ni siquiera cediendo a las peticiones de los sindicatos, es un problema que además no deben asumir otras empresas en situación similar. Además, que, como lo aceptan incluso las VTC, su negocio tiene una base importante en la fidelización del cliente, por lo que una pausa de esta magnitud puede además servir para que los taxistas recuperen parte de los viajeros que han perdido. 

CONCENTRACIONES Y HUELGAS TEMPORALES, PERO NO INDEFINIDA

De momento, al menos, las patronales y las VTC no tienen que afrontar una huelga indefinida, que podría haber sido catastrófica en la capital. No solo por el efecto en Uber, Cabify, y Bolt, o por el efecto económico inevitable que la misma tendría sobre los conductores, también porque Madrid los ha asumido como una pieza más de su ecosistema urbano y perderlos indefinidamente enviaría miles de viajeros de vuelta al taxi y al transporte público sin mejorar la capacidad de ninguno de estos. 

En cualquier caso, esta opción aún no está sobre la mesa, por lo que tanto la ciudad como las VTC pueden estar tranquilos. En cualquier caso, es bueno recordar que en caso de tomarse esta decisión, los conductores de las nuevas plataformas de movilidad no están atados a los servicios mínimos que deben cumplirse en caso de una huelga de autobuses o en los aeropuertos. Esto quiere decir que si no hay una solución pronto, Madrid vivirá con la realidad de no tener ninguna de estas aplicaciones en la ciudad, al menos, por un fin de semana.