Ante la preocupación por las toneladas de residuos textiles que se generan cada año, una francesa decidió tomar recaudos y buscar la manera de darle un uso a estos «desechos». Fue entonces que creó una empresa con la cual elaboran ladrillos con restos de textiles.
Los ladrillos tienen ciertas particularidades que los hacen sumamente útiles y esta innovación está causando furor entre los ambientalistas, quienes destacan esta acción como muy beneficiosa para el medio ambiente. La empresa, llamada FabBrick está creciendo rápidamente y en este artículo te contamos los detalles de esta creación.
FabBrick, la compañía que produce ladrillos con textiles desechados
La francesa Clarisse Merlet, preocupada ante las estadísticas, tomó cartas en el asunto. Es que el 20% del total de la producción de desechos viene de la industria textil y de la moda; solamente en Europa se desechan aproximadamente 4 millones de toneladas de textiles al año, y en Estados Unidos eran 17 millones de toneladas hace tres años.
La joven, que se graduó de arquitecta, era consciente de la disminución de los recursos naturales y de los enormes residuos inherentes a la industria de la construcción. Entonces ideó la manera de mezclar su profesión con la preservación del medio ambiente e ideó esta increíble innovación que ya es furor en Europa.
Los ladrillos hechos con ropa reciclada

FabBrick recibe los textiles despedazados de una compañía que se encarga de recolectarlos, hechos de ropa que estaba en muy mal estado y que no podía revenderse. El proceso para obtener un ladrillo de esta compañía francesa comienza al escoger el color de los textiles que van a ser utilizados para hacer el ladrillo.
Su fundadora, Merlet, explica que la tela denim, al ser hecha 100% de algodón, se usa muchísimo, por ser la mejor para aislar tanto el clima como el ruido. Después, se pesa la cantidad deseada de textiles (para que cada ladrillo pese lo mismo) y se mezcla con el pegamento ecológico, hecho de ingredientes de origen biológico y no contaminantes. Este pegamento también asegura que los ladrillos sean impermeables y resistentes al fuego. Luego, los ladrillos se deben comprimir con una máquina que también es obra de Clarisse y no usa ningún tipo de energía, puesto que se usa manualmente, de manera mecánica.
Esta innovación ya es furor en Europa, la cuenta de Instagram de FabBrick ya acumula más de 192 mil seguidores que pueden ver las asombrosas creaciones de la empresa a partir de sus ladrillos hechos con ropa desechada y parte de su proceso de elaboración.