Grenergy imita a Iberdrola y Repsol y proyecta separar las figuras de presidente y CEO

Grenergy ha decidido seguir el ejemplo de los gigantes de su sector y repartir las responsabilidades de su cúpula. La energética ha anunciado que propondrá a sus accionistas el nombramiento de Pablo Otín Pintado como consejero delegado (CEO), cargo del que se desprenderá David Ruiz, a la sazón actual presidente de la compañía. Otín desempeña actualmente las funciones de director de operaciones (COO).

Este viernes, Grenergy ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que someterá esta separación de poderes a la votación de su Junta de Accionistas, que tendrá lugar el 7 de mayo en primera convocatoria.

En caso de que la junta general acordarse el referido nombramiento de Otín Pintado como consejero ejecutivo, éste pasaría a ser el nuevo consejero delegado (CEO) de Grenergy y se ocuparía de las divisiones operacionales de la empresa, que incluyen el desarrollo, construcción y operación de sus activos renovables.

LA DECISIÓN DE GRENERGY DE SEPARAR LAS FIGURAS DE PRESIDENTE Y CEO está en línea con el diseño estructural de la mayoría de los consejos de administración de las grandes de la energía española

Por su parte, David Ruiz de Andrés mantendría el cargo de presidente ejecutivo de Grenergy y seguiría al frente de las áreas corporativas y de las decisiones estratégicas de la compañía. Tanto el consejero delegado, como el comité de dirección y el conjunto de las áreas corporativas, seguirán dependiendo de David Ruiz de Andrés, ha precisado la compañía.

GRENERGY REMOZA SU GOBERNANZA

Grenergy ha detallado que con este movimiento «pone de relieve su compromiso con las mejores prácticas en materia de gobernanza y transparencia, eje estratégico de la compañía». De obtener el visto bueno durante la celebración de la junta, el consejo de administración quedaría formado por un total de nueve consejeros: David Ruiz de Andrés, Pablo Otín, Ana Peralta, Rocío Hortigüela, Ana Plaza, Florentino Vivancos, María Merry del Val, Nicolás Bergareche y Antonio Jiménez.

La propuesta de Grenergy está en línea con el diseño estructural de la mayoría de los consejos de administración de las grandes de la energía española. En Iberdrola, el presidente Ignacio Sánchez Galán es secundado por el CEO Armando Martínez; mientras que en Endesa Juan Sánchez-Calero delega buena parte de su liderazgo en el consejero delegado José Bogas.

Repsol, por su parte, tiene una cúpula aún más heterogénea, añadiendo a las figuras del presidente (Antonio Brufau) y CEO (Josu Jon Imaz) la del Consejero Independiente Coordinador, encarnada en Mariano Marzo. Según el Código de Buen Gobierno de la CNMV, la misión primordial de este directivo consiste en hacer valer en el Consejo los intereses del capital flotante; es decir, aquella porción del capital que se encuentra en manos de pequeños inversores y es negociado habitualmente en Bolsa.

GRENERGY SE PREPARA PARA LO QUE VIENE

Como el resto de empresas de renovables, Grenergy está pasando por un momento difícil en el mercado. La persistencia de los tipos de interés altos, más la desenfrenada caída de los precios de la energía, se han cobrado su precio en el sector, que registra fuertes desplomes en Bolsa y un duro adelgazamiento de la rentabilidad.

Sin embargo, no faltan las voces autorizadas que vaticinan un cercano rebote del sector, y la compañía presidida por David Ruiz es de las que más promete. Eduardo Imedio, analista de Renta4, afirmó en declaraciones a MERCA2 que Grenergy es la empresa con mejores perspectivas del sector, destacando su diversificación, tanto geográfica como tecnológica. Estas ventajas la hacen «menos vulnerable a la evolución de la energía en un mercado concreto».

Por otro lado, Grenergy también apuesta por una sabia política de rotación de activos que se trasladan al proyecto Valkyria en España y a diversas inversiones en Perú, «lo que le permite cristalizar un valor que el mercado no le está reconociendo».

Por último, la compañía «está ejecutando una agresiva recompra de acciones, con el objetivo de amortizarlas. El importe de la recompra es de 40 millones de euros, un 5,7% del capital a los precios actuales».