Las cuentas de Repsol, como pez en el agua en la escalada del precio del petróleo

Quedan pocas dudas de que la OPEP se va a salir con la suya y el petróleo va a subir; y eso es algo que se va a notar para bien en los balances de las petroleras, entre ellas Repsol. Renta4 ha ratificado el ‘subidón’ que van a experimentar las cuentas de la compañía con la previsible escalada del crudo, calificada por la financiera como un «entorno favorable» para la compañía dirigida por Josu Jon Imaz.

En su edición de marzo de las Perspectivas Energéticas a Corto Plazo, la Administración de Información Energética de EEUU (EIA, por sus siglas en inglés) dijo que espera que el precio del crudo Brent alcance una media de 88 dólares por barril (80,69 euros al cambio actual) en el segundo trimestre de 2024, 4 dólares más que en febrero, estimando que el barril de Brent, de referencia en Europa, alcance una media de 87 dólares (79,80 euros) en 2024, frente a los 82,4 (75,56) previstos en febrero.

El aumento de la previsión del precio del petróleo refleja la ampliación de los recortes de producción de la OPEP+, la ‘versión ampliada’ del club petrolero, formada por el ‘círculo exterior’ de la OPEP, encabezado por Rusia. Las restricciones fueron anunciadas oficialmente el pasado 4 de marzo y, por el momento, se mantendrán vigentes hasta el segundo trimestre de 2024.

MÁS PAÍSES PRODUCEN PETRÓLEO, PERO LA INESTABILIDAD GEOPOLÍTICA PASA FACTURA

La predicción de la EIA asume que los recortes se mantendrán hasta final de año. De este modo, prevé un aumento de la producción mundial de combustibles líquidos de 400.000 barriles por día en 2024, lo que supone un descenso respecto al crecimiento de 600.000 barriles previsto el mes pasado y significativamente inferior al aumento de 1,8 millones de barriles observado en 2023. 

Igualmente, la EIA prevé que la demanda mundial de petróleo crudo aumente en 1,3 millones de barriles diarios en 2024, lo que supone un incremento de 110.000 barriles por día, principalmente por el mayor crecimiento de la demanda procedente de EEUU, así como por el impacto de la inestabilidad en el mar Rojo. Así, la EIA prevé ahora que la demanda mundial de petróleo crudo se sitúe en una media de 103,2 millones de barriles por día en 2024,mientras que las previsiones de crecimiento de la demanda para 2025 de la agencia han aumentado cerca de un 50% desde que se presentaron por primera vez sus perspectivas en verano del año pasado.

A pesar de todo, la EIA sigue situándose muy por debajo de las previsiones de demanda de la OPEP, que espera que el crecimiento de la demanda de petróleo crudo añada al menos 2,2 millones de barriles diarios a la demanda actual hasta 2024. De este modo, la institución prevé ahora que los inventarios mundiales de petróleo caerán en 900.000 barriles diarios en el segundo trimestre de 2024; el mes pasado, la EIA había previsto que los inventarios se mantuvieran relativamente sin cambios en el segundo trimestre. 

LOS VAIVENES GEOPOLÍTICOS QUE EMPUJAN AL ALZA EL PRECIO DEL CRUDO SON UN «ENTORNO FAVORABLE» PARA REPSOL, QUE HABÍA PREPARADO SUS CUENTAS PARA UN PETRÓLEO MUCHO MÁS MODERADO

Según la EIA, a pesar de las limitaciones impuestas por los recortes de producción de la OPEP+ al crecimiento global para 2024, se espera que la producción de los países no pertenecientes a la OPEP+ aumente en 1,5 millones de barriles al día. Este ‘abastecimiento de reemplazo’ estará impulsado principalmente por EEUU, Guyana, Brasil y Canadá. Esta expansión de los nuevos ‘sultanes’ del crudo compensa el descenso de la producción de petróleo sujeta al acuerdo OPEP+, que se prevé disminuya en 1,1 millones de barriles diarios en 2024. La previsión de producción mundial de combustibles líquidos indica un aumento de 2 millones en 2025, de los cuales 900.000 procederán de países OPEP+ y 1,1 millones de estados ajenos al cártel.

La conclusión de Renta4 es que todo este tira y afloja en torno al ‘oro negro’ son «buenas noticias» para Repsol. Se confirma, según la financiera, el «entorno favorable» para la petrolera, elevando las estimaciones de precios por encima de lo previsto por la compañía (de 80 dólares o 73,3 euros por barril para 2024). A esta favorable coyuntura se unen unos márgenes de refino «tensionados» durante el primer trimestre de este año, «lo que debería ayudar a compensar la debilidad en los pecios del gas».

petróleo

LA EIA SE HACE ECO DE LA ‘BAJADA DE PANTALONES’ DE LA AIE

Renta4 ha referenciado la interpretación de la EIA, que llega poco después de la sonada corrección en los cálculos de otra organización de similar acrónimo: la Agencia Internacional de la Energía (AIE). La semana pasada, este organismo, con sede en París y adscrito a la OCDE, no tuvo otro remedio que cambiar las predicciones que venía sosteniendo durante los últimos meses y admitir que este año habrá un déficit en la provisión global de petróleo.

La AIE, después de echar por tierra las previsiones de escasez de la OPEP para 2024 -y que el propio cártel parece respaldar tácitamente restringiendo la producción– dice ahora que sí es posible que se de un «ligero déficit» en el abastecimiento de la materia prima. La agencia con sede en París ha tenido que rendirse a la evidencia y aceptar los efectos del ‘cerrojo’ en la producción de los países del cártel, que se obstinan tercamente en mantener a fin de evitar el desplome de los precios.

Los mecanismos del mercado saltaron como un resorte cuando la agencia hizo pública la revisión de su vaticinio. El barril de petróleo Brent, que ya llevaba tiempo al norte de los 80 dólares, volvió a colocarse en máximos anuales, superando con amplitud los 85 dólares (78 euros). El viernes, moderó ligerísimamente su escalada, situándose al cierre de esta edición en 84,7 dólares (77,7 euros). Al cierre de esta edición, el crudo ha vuelto a subir y se sitúa ya en 85,5 dólares (78,50 euros), acercándose peligrosamente a la frontera trazada por la Administración de Información Energética estadounidense.

José Sánchez Mendoza
José Sánchez Mendoza
Periodista especializado en economía y mercados energéticos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y máster en Periodismo por El Mundo y la Universidad San Pablo CEU, he trabajado en medios como El Mundo y El Economista, entre otros.