- La nueva unidad ofrece mayor precisión, seguridad y eficacia en las intervenciones, y optimiza la recuperación de los pacientes
- Estos abordajes permiten realizar intervenciones precisas, eficaces y seguras, y ofrecer, con iguales o mejores resultados clínicos, estancias hospitalarias más cortas, con menos riesgos y convalecencias más cortas y con menos dolor
- Entre la dotación de última generación de la unidad, destacan dos nuevos angiógrafos -uno de ellos un prototipo biplano- con softwares específicos que optimizan el abordaje de las malformaciones arteriovenosas y del ictus, entre otras patologías
La Neurorradiología y la Radiología Vascular intervencionistas son dos subespecialidades médicas en auge, con aplicación y beneficios ya consolidados en el día a día de las instituciones asistenciales más vanguardistas de nuestro país, y con un amplio y prometedor recorrido que traerá aún más ventajas, tanto para los pacientes como para los profesionales que las ponen en práctica y participan de su intenso desarrollo, presente y futuro. Es el caso de la Fundación Jiménez Díaz, hospital universitario pionero en ambas especialidades, que participa en la formación activa de especialistas nacionales e internacionales, y desde hace décadas incluye en su cartera de servicios un amplio abanico de técnicas en sendas ofertas asistenciales.
La Neurorradiología Intervencionista está orientada al tratamiento de enfermedades vasculares del sistema nervioso central, médula espinal y región de la cabeza y cuello, así como enfermedades degenerativas y tumorales que afectan la región craneal y de la columna espinal.
Estos tratamientos se realizan mediante procedimientos mínimamente invasivos, como novedosas técnicas endovasculares y percutáneas, que permiten abordar patologías vasculares cerebrales y espinales muy complejas sin necesidad de una cirugía abierta; procedimientos endovasculares como embolizaciones de aneurismas cerebrales, malformaciones vasculares, medulares y craneofaciales, estenosis arteriales y venosas intra y extracraneales, infartos cerebrales agudos, tumores cerebrales y de la región de la cabeza y cuello. En este sentido, la patología malformativa vascular cerebral es un área de especial interés en la unidad, donde se realiza una extensa actividad de investigación, divulgación científica y asistencial, destacando entre los principales centros internacionales en la realización de estas técnicas.
En cuanto a los procedimientos percutáneos, la Fundación Jiménez Díaz ha sido también siempre un referente en este tipo de abordajes, destacando el tratamiento mínimamente invasivo de hernias discales, fracturas y tumores vertebrales mediante distintos tipos de ablación y refuerzo vertebral que se vienen realizando desde hace décadas, incorporando los últimos avances en esta área. Asimismo, se realizan procedimientos para solucionar patologías más infrecuentes, como el tratamiento de fugas de líquido cefalorraquídeo en sus distintos tipos, recibiendo anualmente decenas de pacientes con este tipo de afección infrecuente, remitidos para su diagnóstico y tratamiento. Igualmente, afectaciones diversas como quistes espinales que producen afectación de las raíces nerviosas, son tratadas en la unidad con sistemas láser, evitando una cirugía abierta en la gran mayoría de los pacientes.
En cuanto a la Radiología Vascular Intervencionista, su enfoque se centra en el diagnóstico y tratamiento, también mediante procedimientos mínimamente invasivos como los cateterismos, y con la ayuda de técnicas de imagen tales como los rayos X, la ecografía, la tomografía computarizada (TAC) y la resonancia magnética (RM), de un amplio espectro de patologías en los sistemas nervioso, digestivo, músculo-esquelético, respiratorio, circulatorio y urogenital, así como para la obtención de muestras de todos los órganos y tejidos.
En ambos casos, frente a las cirugías y abordajes convencionales, e incluso a otros mínimamente invasivos como la laparoscopia, estos tratamientos permiten detectar y abordar determinados problemas en un menor periodo de tiempo, realizar intervenciones más precisas, eficaces y seguras, y ofrecer, con los mismos o mejores resultados clínicos, estancias hospitalarias más cortas, con menos riesgos -en parte porque a menudo pueden realizarse con anestesia local- y convalecencias más cortas y con menos dolor.
Renovación de la unidad
Ventajas de las que ya se benefician los pacientes de ambas subespecialidades en la Fundación Jiménez Díaz y a las que ahora se añaden las derivadas de contar con una unidad nueva, con instalaciones más amplias, actualizadas, renovadas, completas y dotadas de los equipos más innovadores, que permiten mejorar tanto los resultados clínicos como la experiencia y estancia en ella de sus pacientes.
La renovación de la Unidad de Neurorradiología y Radiología Vascular intervencionistas, con dos áreas específicas para cada una de estas subespecialidades médicas y una sala de recuperación propia para que los pacientes de esta unidad que se sometan a intervenciones ambulatorias puedan irse de alta a sus domicilios directamente desde la unidad, lo que mejora su experiencia, y simplifica y reduce el tiempo del proceso, «permite a los profesionales trabajar con mayor precisión y eficacia, y ofrece a los pacientes una mayor seguridad y garantía en su recuperación», explican los doctores Claudio Rodríguez Fernández y Eduardo Crespo, responsables respectivos de los servicios de Neurorradiología Intervencionista y Radiología Vascular Intervencionista del hospital madrileño.
Entre las novedades de la unidad destacan dos angiógrafos nuevos de última generación, uno de ellos biplano, cuyas características están específicamente enfocadas al tratamiento de las malformaciones arteriovenosas, campo en el que la Fundación Jiménez Díaz es un centro de referencia internacional.
Tal y como explica el Dr. Rodríguez, este equipo aporta múltiples ventajas especialmente importantes: por una parte, «nos permite realizar reconstrucciones en 4 y 6 dimensiones y fusión de imágenes, de forma que, antes de empezar el tratamiento, tenemos una idea previa muy clara de lo que nos vamos a encontrar, así como de por dónde vamos a navegar por las arterias y venas del cerebro, que suelen ser muy pequeñas y profundas». Por otra parte, «en los casos de ictus, nos permite realizar en la misma sala de tratamiento las imágenes necesarias para confirmar si hay una oclusión de los vasos o una hemorragia, e iniciar de forma inmediata el tratamiento, en caso de que sea necesario, lo que se traduce en un ahorro clave de tiempo, que tiene un impacto directo sobre la recuperación del paciente y su evolución neurológica».
En cuanto al Servicio de Radiología Vascular Intervencionista, su responsable, el Dr. Crespo, también destaca el alto nivel tecnológico, el mayor del mercado, del equipamiento con el que se ha dotado la renovada unidad, «que permite realizar técnicas y abordajes hasta ahora no posibles». «Se trata herramientas más precisas que, además, con menor dosis de radiación, hacen que nuestros procedimientos sean más seguros y más eficaces», concluye.