Para muchos, la vitrocerámica representa el pináculo de la cocina moderna. Su superficie plana y uniforme ofrece una distribución uniforme del calor, lo que garantiza una cocción precisa y eficiente. Además, su diseño elegante y fácil limpieza la hacen atractiva para aquellos que valoran la estética y la practicidad en la cocina. La vitrocerámica es versátil, compatible con una variedad de utensilios de cocina y fácil de usar, lo que la convierte en una opción popular para cocineros de todos los niveles de experiencia. Su capacidad para calentar rápidamente y mantener una temperatura constante la convierte en la preferida para muchas personas que buscan resultados consistentes en sus platos. A continuación te explicamos cómo dejarla tan limpia como el primer día.
6A continuación, has de hacer esto

Después de aplicar el producto para placas vitrocerámicas, usa un estropajo de lana con jabón para añadir una capa de limpieza adicional. Frota suavemente con movimientos circulares, evitando presionar con los dedos o las uñas para evitar rayar la superficie. Esta técnica ayuda a eliminar cualquier residuo persistente y a dejar la vitrocerámica brillante y como nueva. Enjuaga bien con agua limpia y seca con un paño para un acabado impecable.