Para muchos, la vitrocerámica representa el pináculo de la cocina moderna. Su superficie plana y uniforme ofrece una distribución uniforme del calor, lo que garantiza una cocción precisa y eficiente. Además, su diseño elegante y fácil limpieza la hacen atractiva para aquellos que valoran la estética y la practicidad en la cocina. La vitrocerámica es versátil, compatible con una variedad de utensilios de cocina y fácil de usar, lo que la convierte en una opción popular para cocineros de todos los niveles de experiencia. Su capacidad para calentar rápidamente y mantener una temperatura constante la convierte en la preferida para muchas personas que buscan resultados consistentes en sus platos. A continuación te explicamos cómo dejarla tan limpia como el primer día.
5Para limpiarla y dejarla como el primer día, esto es lo siguiente que tienes que hacer

Una vez que hayas aplicado el producto para placas vitrocerámicas, esparce el producto por toda la superficie haciendo movimientos circulares con un estropajo suave. Esta acción ayudará a distribuir el producto de manera uniforme y a aflojar cualquier suciedad persistente. Asegúrate de cubrir toda la placa y prestar especial atención a las áreas más sucias. Después de frotar, enjuaga bien la superficie con agua limpia y seca con un paño para obtener un acabado impecable.