Explora Oviedo: Navega entre arcos y leyendas en la Catedral del arte prerrománico y gótico más impactante de España

En el corazón de Asturias, la Catedral de Oviedo emerge como un testamento espiritual y artístico que atraviesa los siglos. Emblemática de la ciudad, la basílica ha sido reflejo de la historia a lo largo de generaciones.

Un paseo por sus naves es una inmersión en el arte prerrománico y gótico, donde cada piedra cuenta una evolución estilística y cultural. En este artículo, nos adentraremos en los rincones de un edificio que no solo es un lugar de culto, sino también un tesoro arquitectónico.

UNA JOYA PRERROMÁNICA EN EL NORTE DE ESPAÑA

UNA JOYA PRERROMÁNICA EN EL NORTE DE ESPAÑA

La Catedral de San Salvador, conocida popularmente como la Catedral de Oviedo, es un compendio de estilos que incluyen prerrománico, románico y gótico. El arte prerrománico asturiano, con su carácter distintivo y simbólico, se observa en la Cámara Santa, una capilla palatina del siglo IX considerada uno de los ejemplos más sobresalientes. Destaca por su bóveda de cañón y por albergar importantes reliquias cristianas. Las pinturas murales y los arcos de herradura son testigos mudos de un linaje artístico que precedió al románico.

Adentrándonos en la estructura, es imposible obviar el vestíbulo, conocido como el Pórtico del Paraíso, cuya construcción refleja la transición entre el románico y el gótico en España. Aquí, el visitante queda maravillado por las esculturas detalladas que adornan sus tres arquivoltas, narrando pasajes bíblicos y escenas del Juicio Final.

EL LEGADO GÓTICO: MAJESTUOSIDAD Y ELEVACIÓN

El gótico irrumpe en la Catedral de Oviedo con una fuerza que redefine el espacio y la luz dentro de la arquitectura sagrada. Paseando por la nave central, uno puede sentir la verticalidad aspiracional de este estilo, con sus bóvedas de crucería que se elevan majestuosas hacia el cielo. Esta parte de la catedral, construida entre los siglos XIV y XVI, es una muestra palpable del empuje civilizador del gótico en la Península Ibérica.

Las capillas laterales son cápsulas del tiempo que albergan altarías y sepulcros de gran riqueza artística. Entre ellas, destaca la Capilla de los Ángeles, un ejemplo exquisito de la ornamentación gótica, donde cada detalle, desde las gárgolas hasta los motivos vegetales, cuentan una historia plena de simbolismo y fe.

La Torre de San Miguel, por su parte, se alza como un punto de referencia en la ciudad, no solo por su altura sino por su fino trabajo en piedra. La torre, iniciada en el siglo XIV y finalizada en el XVI, simboliza el esfuerzo colectivo de una comunidad en perpetuar su legado religioso y cultural.

RECORRIDO POR SU INTERIOR: UNA VENTANA AL PASADO

RECORRIDO POR SU INTERIOR: UNA VENTANA AL PASADO

Al cruzar el umbral de la Catedral de Oviedo, el visitante emprende un viaje en el tiempo. La capilla de San Martín, con sus frescos del siglo XII, es un espacio de contemplación donde el arte románico se encuentra con la tradición prerrománica. Aquí, figura el Pantocrátor en su majestuosa simplicidad, acompañado de los símbolos de los evangelistas y un repertorio de santos y mártires que constituyen una lección de teología visual.

La catedral no es solo un refugio espiritual, sino también un archivo histórico con su archivo y biblioteca. Entre sus muros se custodian documentos y códices de incalculable valor histórico, incluyendo el Libro de los Testamentos, que ofrece una mirada sin paralelo a la historia medieval de Asturias.

ICONOGRAFÍA Y SIMBOLISMO: UN LENGUAJE OCULTO

La Catedral de Oviedo no solo es remarcable por su arquitectura, sino también por el rico simbolismo que encierra su iconografía. Cada figura tallada o pintada es un libro abierto para los iniciados en el lenguaje artístico de la época. Por ejemplo, en su interior se alojan representaciones del Tetramorfos, simbolizando a los cuatro evangelistas con sus figuras alegóricas —el ángel, el león, el buey y el águila—, que son una auténtica declaración de principios teológicos de la cristiandad.

Las vidrieras, por su parte, juegan con la luz para crear una atmósfera de misticismo y trascendencia. Los colores y la luz que se filtran a través de ellas narran historias de santos y mártires, y la dualidad del bien y del mal, con una maestría que trasciende lo meramente decorativo y se convierte en una enseñanza espiritual.

RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN: EL DESAFÍO DEL TIEMPO

RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN: EL DESAFÍO DEL TIEMPO

La Catedral de Oviedo ha enfrentado el paso del tiempo con la dignidad de los grandes monumentos; no obstante, la necesidad de restauración y conservación ha sido una constante. Estos procesos son testimonio del compromiso con la preservación del patrimonio y la transmisión del legado a futuras generaciones. Las intervenciones realizadas, siempre bajo la supervisión de expertos en patrimonio, buscan mantener la autenticidad del lugar, al tiempo que se asegura su integridad estructural.

En este contexto, los materiales originales se tratan con sumo cuidado, y las técnicas modernas de conservación se aplican para detener el deterioro causado por factores ambientales. Estos trabajos, aunque menos visibles para el público, son esenciales para garantizar que la catedral continúe siendo testigo del paso de los siglos sin perder su esencia.

LA CATEDRAL EN LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

En la actualidad, la Catedral de Oviedo no solo se mantiene como un centro espiritual, sino que también se ha convertido en un actor cultural de primera línea. Alberga conciertos, exposiciones y conferencias que atraen a visitantes con intereses que van más allá de la religiosidad. Contribuye, así, a una interacción viva entre el patrimonio y la sociedad contemporánea, elevando su relevancia más allá del ámbito espiritual.

Además, es punto de referencia para peregrinos que recorren el Camino de Santiago, siendo parte de la ruta del Camino Primitivo. Como tal, la catedral es más que un hito; es un refugio y escala en un viaje tanto físico como interior, que resuena con la búsqueda personal de cada caminante.

Para concluir, la Catedral de Oviedo es una síntesis magnífica de fe, arte e historia. Nos habla de un pasado esplendoroso, de una continuidad a través de los siglos, y de un futuro en el cual seguirá siendo un símbolo poderoso de la capacidad humana para crear belleza y significado. Con cada piedra y cada imagen nos invita a reflexionar sobre nuestras propias tradiciones y a valorar la importancia de nuestro patrimonio común.

Diego Servente
Diego Servente
Apasionado por la gráfica y la comunicación. Trato de explorar el por qué, el para qué, el dónde, el quién y el cómo de los hechos, ya que es un compromiso con la verdad. Y la verdad lo es todo.