jueves, 12 diciembre 2024

“La eficacia de la termoablación por microondas en tumores inferiores a un centímetro es de casi el 100 %”

En la actualidad, el tratamiento de elección del cáncer de mama es quirúrgico, lo que supone quitar un trozo de mama a la paciente, incluso la mama entera, en algunos casos, «algo que tiene mucho valor para ella», destaca el doctor Miguel Chiva de Agustínradiólogo del Hospital Ruber Internacional.

Sin embargo, empieza a cobrar protagonismo la llamada termoablación por microondas, una técnica mínimamente invasiva, reservada para ciertos casos, que consiste en la aplicación controlada de calor en el interior del tumor con el objetivo de destruirlo. Según el especialista, este procedimiento se lleva a cabo «cuando no se puede operar el tumor o cuando el paciente no quiere someterse a una cirugía; en ciertas situaciones en las que a lo mejor se podría operar, pero o bien la persona ya tiene metástasis o incluso tiene otro cáncer y no se lo operan, es decir, lo manejan de otra manera, ya sea con tratamiento hormonal, con quimioterapia…».

El resultado de la termoablación por microondas es de gran éxito en tumores de menos de uno o dos centímetros, en los que su eficacia es de casi el 100 % en el primer caso, y del 95 %, en el segundo. «En poco tiempo, consigues una ablación completa», sostiene el Dr. Chiva, quien añade que es una técnica muy rápida y eficaz que no requiere de ingreso hospitalario, es menos agresiva para el paciente, además de que «contribuye al tema estético, ya que la mama es muy importante para la mujer. En definitiva, esta técnica, aporta muchas ventajas«.

Una técnica de cuatro minutos

En la termoablación, las ondas electromagnéticas de microondas producen un calentamiento y, por tanto, una quemadura con necrosis del tejido tumoral. En el caso del cáncer de mama, se hace bajo control ecográfico, es decir, el equipo médico se guía por la ecografía. «Somos capaces de ver la lesión e introducir en su interior la aguja, la llamada antena de microondas», asegura el radiólogo con especial dedicación a patología mamaria.

Una vez posicionada y durante un tiempo y una potencia determinados, que se calculan previamente según el volumen de la lesión, se deja que las microondas actúen sobre un volumen concreto de tejido, que va en consonancia con el tamaño del tumor. «No sólo se persigue quemar el tumor, sino también sus bordes, ya que siempre se quema un poco de la periferia, es decir, de tejido sano, para que no queden restos del tumor sin destruir».

Al tratarse de una técnica mínimamente invasiva, la preparación es sencilla. Sin embargo, el Dr. Chiva indica que, antes de empezar, deben cumplirse dos requisitos. «Por una parte, el paciente debe coagular bien y, por otra, se debe confirmar que no tenga alergia a la anestesia local». Según el especialista, antes de que empiece el procedimiento, a la paciente se le administra Paracetamol intravenoso «para conseguir un ambiente antiálgico». Después, se infiltra anestesia local en la mama y, una vez que la zona está anestesiada, se introduce la aguja y se realiza el tratamiento «durante dos minutos a 30 vatios, por ejemplo».

En general, el radiólogo del Hospital Ruber Internacional reconoce que les gusta realizarlo a baja potencia y durante más tiempo. «Si tenemos la oportunidad de hacerlo así, la paciente lo nota menos, aunque prácticamente no siente nada más allá de que le estamos manipulando. Es una técnica tolerable al cien por cien».

Una vez terminado el procedimiento, se extrae la antena de microondas y la paciente se queda en observación durante una hora y media o dos, aproximadamente. Según el Dr. Chiva, la paciente debe realizar un reposo relativo las primeras 24 horas, después del procedimiento, pudiendo hacer vida prácticamente normal.

¿En qué casos no está indicado?

Como indica el Dr. Miguel Chiva, en aquellos casos en los que no hay posibilidad de realizar una cirugía, ya sea porque la paciente es muy mayor, o tiene otras patologías previas y no va a tolerar bien el quirófano o la anestesia general. «O bien cuando la enfermedad está diseminada y hay enfermedad metastásica o tiene otro tumor, además del cáncer de mama. Otras pacientes que se pueden beneficiar son las que están solo tratadas con hormonoterapia, sin cirugía, y tras unos años de tratamiento se produce una resistencia a la terapia hormonal lo que plantea un cambio de tratamiento», explica el doctor.

Sin embargo, existen situaciones en las que técnicamente no se puede hacer la ablación, «por ejemplo, cuando el tumor infiltra la piel, ya que habría que quemarla para quitarlo», señala.

Otra contraindicación es cuando el cáncer infiltra los músculos del tórax o cuando el tumor es de gran tamaño. La terapia, técnicamente se podría realizar en tumores de más de tres centímetros, «pero no vas a conseguir una buena ablación porque va a quedar tumor, por lo que, al final, va a ser peor el remedio que la enfermedad», apunta el Dr. Miguel Chiva.

Un registro nacional

En la actualidad, el Dr. Chiva, junto a diversos profesionales, participa en un registro nacional de termoablación por microondas. «En España, como no se hacen tantas ablaciones porque lo habitual, si se puede, es operar al paciente, estamos sumando muchos casos de pacientes sin indicación quirúrgica entre múltiples centros hospitalarios. Lo que se busca es la evidencia científica de la técnica, para que pueda ser utilizada de forma segura y eficaz«, indica. «Nosotros les hacemos una ablación y, pasados 12 meses, realizamos una biopsia amplia. Así, se demuestra, sin quitar la mama, que ya no queda tumor, por tanto, que hemos hecho un buen tratamiento».

«A día de hoy, solo estamos haciendo ablación de tumores en los casos que no se pueden operar. En un futuro, en algunos casos, esta técnica podrá ser una clara alternativa a la cirugía de la Mama. Es sin duda una técnica muy prometedora», concluye el doctor.


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