La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha designado este jueves a una persona y tres entidades como responsables de facilitar el flujo de asistencia financiera iraní a las fuerzas hutíes y sus actividades desestabilizadoras, incluyendo ataques contra el transporte marítimo internacional.
El Tesoro estadounidense sostiene que los continuos ataques de los hutíes contra el transporte marítimo internacional en el mar Rojo y el golfo de Adén «han restringido drásticamente el libre flujo comercial a través de la región y representan una clara violación del derecho internacional».
«La acción de hoy subraya nuestra determinación de restringir el flujo ilícito de fondos hacia los hutíes, que continúan llevando a cabo ataques peligrosos contra el transporte marítimo internacional y corren el riesgo de desestabilizar aún más la región», ha declarado el subsecretario del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson.
Entre los sancionados se encuentra el jefe de la Asociación de Cambiadores de Divisas en Saná, Nabil Ali Ahmed Al-Hadha, y tres casas de cambio en Yemen y Turquía, que habrían facilitado la transferencia de millones de dólares a los hutíes bajo la dirección de Sa’id al-Jamal, afiliado a la Fuerza Qods del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC-QF), y quien había sido previamente señalado por Estados Unidos.
Como resultado de la acción anunciada este jueves, todas las propiedades e intereses en propiedades de las personas designadas descritas anteriormente que se encuentren en los Estados Unidos o en posesión o control de personas estadounidenses «están bloqueados y deben informarse a la OFAC».
Además, la acción supone también el bloqueo de cualquier entidad que sea propiedad, directa o indirectamente, individualmente o en conjunto, en un 50% o más de una o más personas designadas.
Asimismo, las instituciones financieras y otras personas que realicen ciertas transacciones o actividades con las entidades e individuos sancionados pueden exponerse a sanciones o estar sujetos a una acción coercitiva. Esta prohibición incluye la realización de cualquier contribución o provisión de fondos, bienes o servicios por, para o en beneficio de cualquier persona designada, o la recepción de cualquier contribución o provisión de fondos, bienes o servicios de dicha persona.
Desde el pasado mes de octubre, los hutíes han lanzado numerosos misiles y vehículos aéreos no tripulados (UAV) contra buques comerciales que transitan cerca de la costa de Yemen, forzando a las principales empresas de transporte de mercancías y petróleo a interrumpir el transito en la zona y desviar sus buques hacia el cabo de Buena Esperanza, en África, alragando y encareciendo las travesías.
En este sentido, la compañía alemana de transporte marítimo de contenedores Hapag-Lloyd anunciaba ayer que continuará desviando el tránsito de sus buques hacia el cabo de Buena Esperanza al considerar que la situación en la ruta del mar Rojo todavía es «demasiado peligrosa».
«Por el momento todavía consideramos que la situación es demasiado peligrosa para pasar el mar Rojo y continuaremos desviándonos a través del cabo de Buena Esperanza», confirmó un portavoz de la empresa.
De su lado, el gigante danés Maersk, la segunda mayor compañía mundial del sector, anunciaba que, tras confirmarse la iniciativa de seguridad multinacional Operación Guardián de la Prosperidad (OPG) para permitir el tránsito del comercio marítimo en la zona, se está preparando para ordenar a sus buques usar de nuevo esta ruta del mar Rojo hacia y desde el Canal de Suez.
«Con la iniciativa OPG en funcionamiento, nos estamos preparando para permitir que los buques reanuden el tránsito por el mar Rojo tanto en dirección este como en dirección oeste», confirmó la multinacional danesa.
Hapag-Lloyd y Maersk anunciaron el pasado 15 de diciembre la suspensión del tráfico de sus buques portacontenedores por la ruta del mar Rojo ante los problemas de seguridad en la zona planteados por los militantes hutíes.
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