sábado, 14 diciembre 2024

El ‘Rasca’ de la ONCE, la adicción accesible y económica que destroza familias

España es el primer país al que más afecta la ludopatía y el Rasca de la ONCE contribuye a ello porque su consumo es muy accesible, muy barato, e igual de terriblemente adictivo que cualquier otro juego basado en recompensas, o que cualquier otra adicción. Entre los profesionales que se lo confirman a MERCA2 está la doctora Teresa Pérez-Espinosa, médico psiquiatra, fundadora y directora del grupo de clínicas que llevan su nombre en Asturias. La doctora y el resto de profesionales que luchan contra la ludopatía, y tratan de sacar de esa enfermedad a quienes caen en ella, coinciden en señalar que el rasca de la ONCE es un peligro que, claramente, las instituciones no quieren ver.

Pérez Espinosa recibe en su clínica a personas enganchadas al juego de todas las edades y a todo tipo de juegos de azar. Reconoce que las loterías instantáneas son tan peligrosas o más que las casas de apuestas. Los menores, y mayores, que no pueden jugar apuestas algo más altas, se inician con sorprendente facilidad de acceso en las loterías instantáneas, «que al principio no provocan grandes rotos económicos, pero acaban generando una alta adicción por las recompensas inmediatas. Y generan ludópatas que han empezado muy jóvenes, y lo continúan siendo en la edad adulta».

Esta psiquiatra nos confirma que trata constantemente a ludópatas que se han enganchado a través del Rasca de la ONCE. Nos atiende tras tratar el caso de una madre que trae a su hijo con 22 años, «que se enganchó con el Rasca siendo menor» y nos cuenta el desgarrador caso de un vendedor de la ONCE, que tenía incluso un problema físico en sus dedos, con algunas uñas destrozadas y los dedos desgastados por usarlos para rascar de manera compulsiva”, que se dejaba el sueldo en los boletos.

El rasca de la ONCE
El rasca de la ONCE ofrece premios instantáneos con apuestas muy pequeñas y el componente de la sorpresa inmediata.

REGULAR PARA EVITAR LA RUINA

El Rasca, como el resto de productos de la ONCE y de Loterías del Estado, tienen una legislación distinta, son operadores con reserva especial, según la Ley 13/2011 y las medidas que atañen al juego privado no se les aplica a estas instituciones. Mientras la publicidad del juego en general está limitada al horario que comprende desde la una a las 5 de la madrugada, la ONCE puede hacer publicidad hasta después del Telediario si quiere.

Los Rascas tienen un caudal adictivo mucho mayor por su disponibilidad, «por su carácter de apuesta pequeña, la posibilidad de repetición de la apuesta, la utilización de estímulos visuales y el mensaje de que jugar te puede llevar a pasar unas vacaciones en el Caribe, y porque por 10 euros puedes llegar a ganar un millón de euros», describe Juan Lamas, director técnico de la Federación española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR).

Los productos de la ONCE no se cuestionan. Lamas cree que los Rascas, mayoritariamente, se venden por el canal presencial, y es muy difícil controlar la venta en tantos lugares tan variopintos, como gasolineras o quioscos de hospitales, por ejemplo, para evitar que se frene la compra de boletos incluso a quienes están apuntados en las listas de la ludopatía, «todo depende de que los vendedores de la ONCE quieran o no vender a menores e incluidos en esa lista», argumentan desde FEJAR.

Los medios de comunicación publicitan constantemente los casos de Rascas ganados a lo largo y ancho del país, «que le viene muy bien a la ONCE para fidelizar a sus clientes, pero no hacen publicidad alguna de los casos de personas arruinadas a base de microcréditos, que caen el el absentismo laboral, que destrozan la economía familiar y la familia al completo. Utilizan su estrategia de márketing», que los medios de comunicación, por supuesto, no rechazan.

es muy difícil controlar la venta en tantos lugares tan variopintos, como gasolineras o quioscos de hospitales, por ejemplo, para evitar que se frene la compra de boletos incluso a quienes están apuntados en las listas de la ludopatía


En sus centros saben que se ha producido un importante aumento de la petición de microcréditos y los impagos de los mismos entre las personas enganchadas al juego, tanto entre los jóvenes y menores como entre los adultos, y cómo revierte en las economías familiares.

La doctora Pérez-Espinosa coincide con el resto de profesionales consultados por MERCA2 en que «sería muy necesario que las loterías instantáneas de la ONCE se regularan«, tal y como ha propuesto el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz en el programa electoral de Sumar, pero entiende «que es una gran empresa, un gran negocio, con una imagen de obra social que oculta el problema que genera».

La captación del Rasca es sencilla y muy efectiva, además mediante la publicidad consentida en todos los medios de comunicación «que son absolutamente cómplices», incide la doctora, quien señala también la falta de responsabilidad de empresas, medios e instituciones sobre este tema.

QUÉ ES LA LUDOPATÍA

Pérez-Espinosa insiste en que se entienda bien por qué los Rascas son peligrosos, y para ello empieza por el principio; nos explica qué es exactamente la ludopatía. «Es un trastorno del comportamiento, que se vuelve patológico. Se trata de una adicción comportamental (que no depende de ninguna sustancia), que controla totalmente la vida de una persona, porque pierde totalmente la libertad y el control. Pero no solo la vida del adicto, también la de su entorno».

En los juegos como el Rasca, donde confluyen el azar y el dinero, se potencia el efecto adictivo de estos comportamientos. En la ludopatía se puede caer a través de muchas vías, y por muchas razones. Los factores de riesgo para derivar en la enfermedad son los rasgos de la propia personalidad. La baja autoestima o los trastornos psicológicos previos (trastornos bipolares, ansiedad, depresión, etc) y adicciones a otras sustancias suelen acompañar al juego, pero también «problemas psicológicos puntuales, por inadaptación al entorno social, depresión, soledad, o también porque haya un componente genético. Hay personas con mayor predisposición para desarrollar el trastorno», nos indica la psiquiatra.

En los juegos como el Rasca, donde confluyen el azar y el dinero, se potencia el efecto adictivo de estos comportamientos.

La doctora nos aclara que «no todo el mundo que juega va a desarrollar una ludopatía, pero si hay un amplio sector de la población que es más vulnerable desde un punto de vista genético, o por el entorno social y económico en el que está, que al final caen el probar el azar en juegos de muy poco gasto. Pérez-Espinosa incide en el problema de la pérdida de la libertad y el control de los ludópatas, porque el juego estimula las áreas cerebrales relacionadas con la recompensa, liberando dopamina, una sustancia neurotransmisora que interviene en todos los comportamientos adictivos. El circuito de recompensa estimula los mismos mecanismos que con el alcohol o las drogas.

El Rasca de la ONCE, la adicción accesible y económica que destroza familias
Un tradicional quiosco de la ONCE con varios rascas expuestos.

LA DOPAMINA QUE GENERA EL RASCA

En es caso específico del Rasca, «lo que las hace distintas y más adictivas es que son instantáneas, – nos explica Janire Serrano, psicóloga de la Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópara (APAL), especializada en adicciones comportamentales. «Se genera un pico de dopamina, que aparece siempre cuando se realiza cualquier actividad estimulante como comer, el sexo, o jugar. El pico es muy, muy alto, cuando la reacción es instantánea. Y lleva enseguida a volver a ejecutar la misma conducta que puede facilitar la aparición de esa dopamina. El Rasca, por ello, potencia un patrón de consumo de juego, en este caso el rascado de boletos, en el que se termina invirtiendo mucha cantidad de tiempo y, por supuesto, de dinero.

de los Rascas se pasa a otro tipo de apuesta, con mayor generación de dopamina y posibilidad de ganancia, pero también de pérdida mayor

La dopamina, al igual que la serotonina, es un neurotransmisor relacionado con el placer, liberado por las neuronas, que se van pasando el mensaje de unas a otras. La generación de sensación de satisfacción y de placer es un mecanismo de recompensa muy adictivo, «porque es muy fuerte -explica Serrano-. Los adictos la buscan y por eso juegan tienen la necesidad de jugar, para alcanzar el placer que conductas más sanas no les proporciona. Con el Rasca, «con menor cantidad de tiempo se genera antes el patrón adictivo. El mecanismo de recompensa del cerebro se desregula antes que con apuestas más espaciadas en el tiempo. Y de los Rascas se pasa a otro tipo de apuesta, con mayor generación de dopamina y posibilidad de ganancia, pero también de pérdida mayor», explica la psicóloga de APAL.

Las profesionales consultadas coinciden en que esta adicción genera altos desajustes en las personas, y no solo económico, que comprometen otras áreas de su vidas. El dinero se termina gastando a raudales por la necesidad de repetición de la conducta, lo que lleva a la ruina económica. Per, además, desatiende otra áreas importantes de su vida, como los estudios, el trabajo, la familia, e incluso, el autocuidado, hasta que «al final, el juego lo domina todo, porque se convierte en lo único importante para la persona en su día a día», señala Serrano.

QUIÉN Y CÓMO LLEGA A LA ADICCIÓN AL RASCA

Cuando presentó la lotería instantánea hace nueve años, la ONCE no ocultó que pretendía captar sectores de la población que se le escapaban con el cupón, como las mujeres, los inmigrantes y los jóvenes. Así, sin anestesia. «Las mujeres caen, desde luego, en el Rasca y en opciones como el tragaperras. Además del componente genético, está la predisposición por cuestiones hormonales, o relacionadas con su vacío personal, baja autoestima, su soledad, problemas de ansiedad, o de falta de independencia«, señala la doctora Pérez Espinosa.

Janire Serrano nos explica que el Rasca, «es más accesible para las mujeres porque hay mucho tabú social sobre el tema y los lugares donde se juega, como una sala de juego, donde está muy mal visto que te vean entrar. Es menos frecuente verlas en casinos o casas de apuestos y juegan más bajo el anonimato. En APAL, los patrones que tenemos de mujeres ludópatas lo son más precisamente a través de la lotería y de los rascas».

Serrano nos confirma que la ludopatía, estadísticamente, se da más en hombres que en mujeres, «pero tenemos menos referencia de ellas porque acuden menos a rehabilitación». Esta experta psicóloga ha observado que existe un patrón educacional, «que les impone un papel de cuidado de la familia y gestión del dinero, que les supone un extra de protección frente a la ludopatía. Sin embargo, el caer o no, tiene mucho que ver con rasgos de la personalidad comunes a los sexos. «Los hombres son más impulsivos y les cuesta más controlarlo. La ludopatía también es un trastorno del control de los impulsos«, aclara. 

el Rasca, es más accesible para las mujeres porque hay mucho tabú social sobre el tema y los lugares donde se juega, como una sala de juego, donde está muy mal visto que te vean entrar

Y esa impulsividad es la que se lleva por delante a muchos jóvenes e, incluso, menores, que acceden al Rasca con gran facilidad debido a la falta de controles y a su bajo coste. El Rasca se dirige a los sectores más vulnerables de la sociedad. «En general la industria del juego es un negocio que quiere seguir ganando dinero. Y saben que cuanto más vulnerables sean sus clientes, más posibilidades tienen de introducirse y enganchar», señala Serrano.

Por eso también ha conseguido enganchar más a los y las inmigrantes, «porque el desarraigo, la soledad y la pobreza con campos de cultivo para buscar en el azar esas sustancia cerebrales que producen un efímero bienestar y la ilusión adictiva de conseguir un dinero extra sin esfuerzo», nos indican las profesionales. Sin embargo el esfuerzo está ahí, y es muy alto, aunque no lo parezca a priori.


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