Rentabilidad y mano de obra, retos de la agricultura para 2024

La agricultura, la ganadería y la alimentación son elementos estratégicos tanto desde el punto de vista económico como social y ambiental, así como para garantizar la seguridad alimentaria en España y en Europa. La rentabilidad, la falta de mano de obra, el cambio climático y la sequía son el eterno debate para buscar soluciones para todo el sector. Las peticiones más apremiantes del sector agrario son varias. Una de ellas es el incremento del IVA compensatorio al sector ganadero equiparándolo a la agricultura, la reintroducción de las deducciones del rendimiento neto previo por adquisiciones de gasóleo (35%), plásticos o fertilizantes (15%) y deducción del 10% de los gastos de difícil justificación.

LA EVOLUCIÓN

Si se analiza la evolución del conjunto de macromagnitudes agrarias en estos últimos 30 años, se observa cómo el valor de la producción agraria tuvo un comportamiento de aumento claro hasta el año 2003, a partir del cual se estancó, con una considerable volatilidad anual, y luego una tendencia positiva desde 2014.

se hace imprescindible emprender una serie de actuaciones que permitan revertir la situación y mejorar la rentabilidad de agricultores

La tendencia de los costes de producción, medida a través de los consumos intermedios, es al alza durante todo el periodo, alcanzando en un nuevo récord en 2020, con un incremento del 31,2% en 10 años y del 76% en los últimos 20 años. Por ello, se hace imprescindible emprender una serie de actuaciones que permitan revertir la situación y mejorar la rentabilidad de agricultores y ganaderos.

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LOS COSTES DE PRODUCCIÓN DE LA AGRICULTURA

En este contexto, entra la fiscalidad agraria, que es una política de plena competencia estatal que debe optimizarse para favorecer la agricultura profesional y productiva. Las peticiones más apremiantes del sector agrario son varias. Una de ellas es el incremento del IVA compensatorio al sector ganadero equiparándolo a la agricultura, la reintroducción de las deducciones del rendimiento neto previo por adquisiciones de gasóleo (35%), plásticos o fertilizantes (15%) y deducción del 10% de los gastos de difícil justificación.

La aplicación del tipo reducido del IVA a los consumos energéticos de los agricultores profesionales, es decir, electricidad y gasóleo, la exención en el IRPF de las ayudas del segundo pilar de la PAC a jóvenes agricultores en las que se permite que una parte vaya a capital circulante, la exención fiscal en el IRPF específica para aquellas personas que viven en zonas rurales con un estudio de su extensión a las sociedades agrarias.

Y no paran ahí, es decir, son muchas más las peticiones del sector y la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), proponen un impuesto cero para las sucesiones y donaciones en lo referente al sector agrario y en especial a los jóvenes que se incorporan a la actividad agraria o a los agricultores y ganaderos profesionales (teniendo en cuenta que a los donantes no se les considere incremento patrimonial).

LAS PROPUESTAS DE COAG PARA MEJORAR LA AGRICULTURA

Las dos principales propuestas que efectúa la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos. Exigen una implantación de un contrato específico y adaptado a las características del consumo en el sector agrario. En el caso de los regadíos es imprescindible adaptar un contrato de temporada que se adecúe a las características de esta actividad y sea realmente operativo para los regantes.

LAS COMPAÑÍAS ELÉCTRICAS ESTÁN ASFIXIANDO TANTO A AGRICULTORES COMO A GANADEROS

Una exención parcial del 85% del Impuesto Especial sobre la electricidad (IEE) a los sectores ganaderos, como permite la normativa comunitaria y dado el elevado gasto que deben asumir esta tipología de explotaciones. En este caso, también es necesaria la actualización de los módulos del IRPF mediante la inclusión de un índice corrector sobre el consumo eléctrico de los ganaderos.

AGRICULTURA. AgTech

EL CAMBIO DE MODELO EN LA AGRICULTURA

La producción agraria actual se está viendo alterada de forma radical por una serie de motores ajenos y propios que pueden desembocar en la desaparición del modelo social y profesional de agricultura. El valor de lo que producimos no llega a quienes lo producimos. La cadena no genera valor para el agricultor, más bien lo destruye con la intención de hacer desaparecer a las explotaciones familiares.

La rentabilidad no asegura el relevo generacional y agrava el problema de abandono del sector y despoblación del medio rural. El elevado potencial de negociación de ambos extremos nos deja claro quién impone los costes y los beneficios. Los agricultores están afrontando una presión sostenida en el seno de una cadena alimentaria desequilibrada, que deja importantes márgenes en eslabones que no son el agricultor, que se ve presionado para sacar a cualquier precio sus producciones. Los eslabones favorecidos en esa dinámica acumulan capitales a costa del agricultor y luego los destina a su propia producción para competir.

Mireia Martinez
Mireia Martinez
Periodista especializada en distribución y consumo. Con experiencia en medios como Telecinco y Diario As.