Los llamados «bonos de catástrofe», es decir, los bonos de los ciberriesgos, están a punto de salir de las sombras de los negocios privados y las aseguradoras para entrar como un ciclón en los mercados de deuda pública. Se llaman ‘bonos cat’, aquellos que transfieren riesgos difíciles de asegurar a inversionistas del mercado de capitales a cambios de retornos de dos dígitos, generalmente se ha creado en torno a desastres naturales, como por ejemplo los huracanes o los terremotos. A medida que las posibles consecuencias de un ciberataque, que llegan a detener por completo una empresa, se han vuelto demasiado grandes para asegurarlas, los emisores han visto un negocio redondo y están aprovechando el momento.
Beazley Plc, que es propietaria de aseguradoras especializadas en Europa y Estados Unidos, ya está explorando un potencial bono cibernético de 100 millones de dólares, según ha informado Artemis, una firma de investigación especializada en valores vinculados a los seguros. También Axis Capital se está y preparando para emitir un «bono de catástrofe cibernética» de nada menos que 75 millones de dólares (70.304 millones de euros), según el documento con la oferta preliminar al que ha tenido acceso la agencia Bloomberg, aunque ningún portavoz de Axis Capital ni de Beazley han querido confirmar que están desarrollando este tipo de bonos.
el mercado más amplio de estos «bonos de catástrofe» llegue a alcanzar un récord de 40.000 millones de dólares al año (37.499 millones de euros)
Según los analistas, cabe la posibilidad de que el mercado más amplio de estos «bonos de catástrofe» llegue a alcanzar un récord de 40.000 millones de dólares al año (37.499 millones de euros). Buena parte del gran crecimiento experimentado por este tipo de bonos ha estado impulsado por el impacto del cambio climático, puesto que las crisis climáticas extremas amenazan con hacer insostenibles los modelos de negocio de las asegura doras. Esa es la razón de que sean las reaseguradoras como Swiss Re AG y Munich Re AG sean alguno de los actores más activos en el mercado de los «bonos cat».
Y es que los inversores se han sentido atraídos por rendimientos que superan a los de, por ejemplo, bonos del Tesoro estadounidense o de otros Estados. Este mismo año 2023, el índice Swiss Re Global Cat Bond Performance ha subido un 18%. Al contrario, el índice Bloomberg del Tesoro de EE.UU. ha caído alrededor de un 1%. Vale más la apuesta por lo catastrófico.
BONOS PARA PROTEGERSE DEL CIBERCRIMEN
Los emisores de bonos cibernéticos quieren protegerse de las pérdidas financieras que pueden sobrevenir después de un ciberataque importante, y ahí se incluye la pérdida de ingresos, honorarios legales y las fuertes multas regulatorias. Los valores vinculados a los seguros «ofrecen a los directorios corporativos y a los dueños de los negocios un grado de tranquilidad sobre la resiliencia de su balance en caso de un evento cibernético más grande«, según un informe reciente de Artex Capital Solutions.
La cuestión es que, todavía, no ha suficientes datos históricos, o son muy limitados, para analizar el comportamiento de estos fondos y, además, como los ciberdelitos presentan cada vez formas más sofisticadas, los inversores se enfrenta a niveles de riesgo inusualmente altos. «Con los huracanes tenemos décadas de datos», ha indicado Marco della Giacoma, gerente de cartera de Tenax Capital, que es un fondo de cobertura londinense que invierte habitualmente en los «bonos de catástrofe». Para él es «mucho más difícil valorar el riesgo cibernético». Otro analista de Tenax, Toby Pughe, confirma que es difícil confiar en un modelo cibernético: «Si dicen que la pérdida estimada es del 1%, en realidad podría ser del 5% o el 6%», asegura.
los ciberdelitos presentan cada vez formas más sofisticadas, los inversores se enfrenta a niveles de riesgo inusualmente altos
Para otros inversores, en cambio, es una oportunidad y acogen con ganas la posibilidad de obtener una mayor exposición al mercado de valores vinculados a seguros. En este sentido Joanna Syroka, directora de nuevos mercados en FermatCapital Management, uno de los mayores inversores en «bonos cat», explica que «Ahora estamos viendo a los principales suscriptores de ciberseguridad posicionarse para aprovechar el mercado de ILS con estructuras de acuerdos transparentes que apuntan al riesgo de catástrofe, en lugar de desastre, de una manera y a niveles de precios que creemos que se ha vuelto atractivos».
Otras opiniones han indicado que al ser tal la amenaza de pérdidas por la ciberseguridad «el reaseguro tradicional no puede llegar a donde este tipo de seguros, por lo que ha llegado el momento de que los bonos cat llenen ese vacío. Hasta ahora se han emitido un puñado de cono ciber, incluidos tres colocados de manera privada por Beazley. Se espera que los nuevo valores Axis y Beazley sean notables porque probablemente se negociarán en mercados secundarios, con lo quedarán acceso a un conjunto mucho más amplio de fondos de cobertura, pensiones y otros inversores.
La aseguradora alemana Hannover Re suscribió alrededor de 800 millones de euros en primas para ciberseguridad el año pasado, por lo que también está explotando el nuevo mercado. su director gerente, Henning Ludolphs, ha afirmado que está bastante seguro «de que usaremos «bonos cat» para transferir es ciberriesgo a los mercados de capital. Esto podría ocurrir más temprano que tarde, incluso dentro de pocos meses».
al ser tal la amenaza de pérdidas por la ciberseguridad «el reaseguro tradicional no puede llegar a donde este tipo de seguros, por lo que ha llegado el momento de que los bonos cat llenen ese vacío
Y es que la lista de ciberataques conocidos, ya que hay muchísimos más «desconocidos», es muy larga y no hace más que crecer. En 2017 un malware ruso cerró bancos ucranianos, agencias gubernamentales, la farmacéutica Merck & Co. y el gigante naviero AP Moller-Maersk A/S. Se trató de un ciberincidente que costó 10 millones de dólares en pérdidas, según estimación de la Casa Blanca. El 2021, un ataque a la red informática de Colonial Pipeline interrumpió totalmente el suministro de petróleo estadounidense.
Solo el año pasado, la cantidad de ciberataques de ransomware contra empresas aumentó un 87%. Solo en Estados Unidos, las pérdidas derivadas del cibercrimen se dispararon un 48% hasta los 10.200 millones de dólares respecto a 2021, y la cuarta parte de los directivos ejecutivos recientemente encuestados por PwC cree que sus empresas van a estar extremadamente expuestas a los ciberataques en los próximos cinco años. Por esta razón, se estima que las primas que las empresas van a tener que pagar para asegurarse contra los ciberataques casi se van a triplicar hasta alcanzar los 33.000 millones de dólares (30.892 millones de euros) desde el pasado año 2022 hasta el 2027.
Son estas las perspectivas por las que las reaseguradoras consultadas confirman que la ciberseguridad es una de las principales áreas estratégicas de crecimiento para ellas y pretenden seguir construyendo este tipo de bonos para atraer más inversores y apoyar así a sus clientes, y conseguir también que los ciberseguros sean más asequibles, y que haya muchos más.