El uso excesivo del alcohol siempre ha generado muchas discusiones en la comunidad. De un lado hay quienes defienden el uso disfrutando de forma controlada de bebidas alcohólicas y de otro aquellos que piensan que el exceso lleva a tener comorbilidades y/o problemas con el alcohol.
En éste artículo te vamos a contar los diferentes impactos que genera el abuso del alcohol, tanto a nivel interno como externo, desde el punto de vista de la salud.
El consumo excesivo de alcohol afecta el sistema cardiovascular
Es comúnmente sabido que el consumo excesivo de alcohol afecta de forma perjudicial el sistema cardiovascular, los riesgos pueden ir desde una presión arterial alta hasta el desarrollo de arritmias cardíacas si se abusa demasiado. Estos riesgos son más altos en personas de edad avanzada, ya que su sistema cardiovascular no es tan fuerte como el de alguien más joven.
El alcohol también puede causar problemas de coagulación porque la cantidad afecta al equilibrio entre los lípidos plasmáticos, deteniendo la producción de protrombina y deteniendo la producción de plaquetas.
El alcohol también afecta la salud del corazón al restringir el flujo de sangre a los músculos del corazón y puede afectar el tamaño y el flujo de los vasos sanguíneos.
Esto puede resultar en arritmias cardíacas graves que pueden incluir fibrilación auricular, que es la más peligrosa. Los expertos también afirman que el alcohol puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, que son la principal causa de muerte en los Estados Unidos.
El alcohol también se relaciona con la disminución de la función renal. Si se consume en exceso, el alcohol puede dañar los tejidos del riñón y provocar inflamación en los riñones. Esto lleva a una disminución del flujo sanguíneo al riñón, lo que provoca que se produzca menos orina y la presión arterial se eleve. Esto puede ser peligroso porque puede provocar insuficiencia renal.
El hígado es el órgano más afectado por el consumo excesivo de alcohol. Puede desarrollar enfermedades hepáticas como cirrosis, que es un estado en el que el hígado está tan dañado que es incapaz de llevar a cabo sus funciones normales.
Esto puede provocar síntomas como fatiga, anorexia, aumento del tamaño del hígado, heces amarillas y vómito sanguinolento. La cirrosis también aumenta significativamente el riesgo de desarrollar cáncer.
Además, el alcohol ha sido relacionado con el desarrollo de algunas enfermedades pancreáticas. El consumo excesivo de alcohol puede aumentar la producción de una enzima llamada amilasa pancreática, que es una sustancia que tiene que ver con la digestión de los alimentos. Esto puede provocar inflamación en el páncreas y dolores abdominales. También el alcohol puede causar vómitos, pérdida de peso y deshidratación que también afecta al páncreas.
El abuso del alcohol afecta a las neuronas
Las personas que abusan del alcohol pueden desarrollar depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. Esto se debe a la disminución en la producción de serotonina y a la interrupción del neurotransmisor GABA, que son neurotransmisores que se encargan de regular el estado de ánimo. También puede provocar trastornos del sueño que van desde el insomnio hasta el despertar frecuente durante la noche. Los trastornos del sueño pueden resultar en irritabilidad y baja productividad al día siguiente.
Las personas que abusan del alcohol también tienen mayor riesgo de desarrollar psicosis, es decir, trastornos mentales graves que van desde alucinaciones hasta la sensación de estar fuera de la realidad. Esto se debe a que el alcohol afecta el funcionamiento normal del cerebro.
El alcohol también puede afectar la memoria, lo que provoca confusión, pérdida de identidad y pérdida de memoria. Una vez que se deja el consumo de alcohol, es común que los síntomas desaparezcan al cabo de un tiempo.
El consumo excesivo de alcohol puede debilitar el sistema inmune y aumentar la susceptibilidad al desarrollo de enfermedades infecciosas. Esto se debe a que el alcohol interfiere con el funcionamiento normal del sistema inmune, lo que puede provocar un aumento en el riesgo de contraer enfermedades infecciosas como la gripe, el resfriado y la hepatitis.
La ingesta excesiva de alcohol también aumenta el riesgo de desarrollar anemia, que es una afección en la que hay una disminución en la producción de glóbulos rojos.
Los expertos también afirman que el consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades autoinmunes como la artritis y el lupus. Esto se debe a que el alcohol impide que el sistema inmune reconozca y destruya las células dañinas, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades.
Se ha demostrado que el consumo prolongado de alcohol también puede aumentar el riesgo de desarrollar algunas formas de cáncer, como el cáncer de mama y el cáncer de hígado.
Consumo de alcohol y daños en los sistemas reproductor y urinario
El uso excesivo del alcohol también afecta los sistemas reproductor y urinario. El alcohol puede causar problemas con la libido, es decir, falta de deseo sexual. Esto se debe a que el alcohol interfiere con el funcionamiento normal del sistema endocrino, que controla los niveles hormonales en el cuerpo. Esto puede afectar la fertilidad y la producción de óvulos o espermatozoides.
El alcohol también puede afectar el funcionamiento habitual del sistema urinario. Teniendo en cuenta que el exceso de alcohol provoca deshidratación, lo primero es aumentar el consumo de líquidos para evitar problemas mayores.
Un exceso de alcohol también puede provocar retención y orina dolorosa, e incluso infecciones urinarias. Esto se debe a que el alcohol interfiere con el equilibrio de las bacterias en el tracto urinario.
Es bien sabido que el abuso del alcohol puede afectar la salud tanto física como mental. Si no se controlan los niveles de consumo de alcohol, es muy probable que empiecen a surgir problemas de salud mentales y físicos.
El alcohol puede producir dependencia, lo que conlleva que la persona ya no tenga control sobre el consumo y sea incapaz de limitar su ingesta de alcohol. La dependencia al alcohol también puede afectar la relación con los demás, ya que alguien que tiene un problema con el alcohol puede tener actitudes irritables y distanciarse de sus seres queridos.
El abuso de alcohol también puede provocar problemas de salud físicos importantes. Esto incluye los ya mencionados anteriormente, como problemas cardiovasculares, problemas hepáticos, problemas pancreáticos, problemas inmunes y problemas en el sistema urinario. Estos problemas son muy serios y pueden afectar la calidad de vida de una persona y reducir su expectativa de vida.
El alcohol puede contribuir a la obesidad
Un estudio reciente también ha demostrado que el abuso del alcohol puede contribuir a la obesidad. Esto se debe a que el alcohol tiene un gran contenido calórico, aproximadamente 7 calorías por gramo. Esto significa que una botella de vino tinto puede tener un contenido calórico superior a las 500 calorías. Esto significa que si se consume de forma excesiva, puede llevar a aumentar de peso y, con ello, a obesidad.
El alcohol también interfiere con el metabolismo de los alimentos, lo que puede contribuir al aumento de peso. Esto se debe a que el alcohol retrasa la absorción de nutrientes y hace que el cuerpo queme menos calorías. Como resultado, los alimentos se acumulan en el cuerpo, lo que puede aumentar el peso corporal. Esto puede ser aún más evidente si se mezclan bebidas alcohólicas con alimentos ricos en grasas y/o azúcares.
Un estudio reciente también ha demostrado que el abuso de alcohol aumenta el riesgo de intento de suicidio. Este estudio descubrió que los pacientes con trastorno mental asociado al consumo abusivo de alcohol tenían un riesgo significativamente mayor de intentar el suicidio. Esto se debe a que el alcohol afecta el funcionamiento normal del cerebro, lo que puede provocar trastornos del estado de ánimo y psicosis. El abuso del alcohol también puede aumentar la impulsividad, lo que puede contribuir a los intentos de suicidio.
El consumo excesivo hace peligrar la respuesta inmune
Estudios recientes también han demostrado que el consumo excesivo de alcohol puede debilitar la respuesta inmune del cuerpo. Esto se debe a que el alcohol interfiere con la infiltración de los glóbulos blancos en el sistema inmune, lo que limita la capacidad del cuerpo para responder a infecciones. Esto también puede aumentar el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, como la gripe, el resfriado y la hepatitis.
Uno de los efectos del uso excesivo de alcohol es la disminución en la temperatura corporal. Esto se debe a que el alcohol interfiere con la capacidad del cuerpo para regular la temperatura. Esto puede provocar una sensación de frío extremo, que puede ser peligrosa, especialmente si no se tiene mucha ropa o si se está en un lugar frío.
Esto puede ser especialmente peligroso para las personas de edad avanzada, ya que sus cuerpos no son tan buenos para regular la temperatura y esto puede resultar en hipotermia, que es una condición potencialmente mortal.