España no llega a la UE: la producción del trabajo creció un 0,3 entre 2014 y 2022

La producción y productividad aparente del trabajo en España ha sido objeto de análisis en un informe recientemente publicado por CaixaBank Research, revelando datos que sugieren un crecimiento promedio del 0,3% entre los años 2014 y 2022. Este incremento se ubica por debajo de la media de la Unión Europea, que registró un 0,9% en el mismo período. La comparativa internacional destaca una brecha significativa en la productividad española en relación con la eurozona y las principales economías europeas.

BRECHA CRECIENTE EN RENTA PER CÁPITA POR LA PRODUCCIÓN

Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España, señala que España experimentó en 2008 una diferencia del 8% en cuanto a renta per cápita en comparación con la zona euro. Sin embargo, esta brecha ha ido en aumento y, según los últimos datos, se sitúa actualmente en un 15% por debajo del promedio del área del euro. Gavilán identifica dos factores clave detrás de esta falta de convergencia: una baja productividad y una tasa de desempleo persistentemente elevada.

«Esto se puede arreglar con dinero, pero lo fundamental son las reformas», sostiene Gavilán, subrayando la importancia de abordar las causas estructurales que han llevado a esta disparidad.

CALIDAD DEL CAPITAL HUMANO Y TAMAÑO DE LAS EMPRESAS

Un análisis más detallado revela que la calidad del capital humano desempeña un papel crucial en la productividad de una economía. Según un estudio del Banco de España, existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y empresarios españoles en comparación con la eurozona. Además, la productividad de las grandes empresas en España es más del doble que la de las microempresas, aunque estas últimas representan una proporción sustancial de la ocupación.

En España, alrededor del 35% de la ocupación se concentra en empresas de más de 50 empleados, en comparación con el 66% en Alemania. Desde el servicio de estudios de CaixaBank, se enfatiza la necesidad de potenciar el crecimiento de las microempresas y pymes como parte de la estrategia para mejorar la productividad.

INVERSIÓN EN ACTIVOS INTANGIBLES Y SU IMPACTO EN LA PRODUCTIVIDAD

La inversión en activos intangibles, como modelos de gestión, eficiencia organizacional, marketing, valor de la marca y tecnología, también desempeña un papel vital en el aumento de la productividad. En este contexto, las grandes empresas muestran una mayor propensión a invertir en estos activos, según indican varios estudios. En España, sin embargo, el peso de la inversión en investigación y desarrollo en el PIB es del 1,3%, claramente por debajo del promedio del 2% en la eurozona.

Ante este escenario, se destaca la oportunidad que presenta el despliegue del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado con los fondos europeos ‘Next Generation EU’. El Banco de España ha observado que las licitaciones vinculadas a estos fondos están siendo captadas principalmente por empresas de mayor tamaño, mientras que las subvenciones recaen en su mayoría en las pequeñas empresas.

La literatura económica no ofrece conclusiones definitivas sobre la asignación de estas licitaciones. Algunos expertos sugieren que otorgarlas a empresas más pequeñas podría hacerlas más competitivas y transformar la economía a largo plazo. Sin embargo, hay quienes abogan por potenciar a las empresas de mayor tamaño como motores de la economía.

Lo que se percibe hasta ahora es que las empresas que han recibido licitaciones, especialmente las de mayor tamaño, han mostrado un mayor dinamismo en la inversión a corto plazo en comparación con aquellas que no han obtenido licitaciones o han participado en otras convocatorias. En última instancia, la mejora de la productividad en España parece depender tanto de las reformas estructurales como de la efectiva utilización de los fondos europeos para impulsar el crecimiento económico.