Desde las décadas de los años 30, el coeficiente intelectual promedio de la población ha estado en constante crecimiento, gracias a mejores condiciones de vida y mayor acceso a la educación. Sin embargo, en los últimos tiempos, ha surgido un grupo de científicos que advierten que no solo ha dejado de aumentar, sino que podría estar reduciéndose de forma alarmante.
9DORMIR POCO AFECTA A LA INTELIGENCIA

El sueño de calidad es una práctica que beneficia enormemente nuestro funcionamiento mental y, por consiguiente, a la inteligencia. Un buen descanso nocturno permite una óptima recuperación y regeneración. Los estudios han demostrado que aquellos que no duermen lo suficiente o tienen una mala calidad de sueño tienden a cansarse más rápidamente en las tareas, cometen más errores y experimentan una mayor inestabilidad emocional. Además, son más propensos a irritarse o enfadarse con estímulos más leves o prolongados en el tiempo.
Por otro lado, existen evidencias que respaldan la idea de que un sueño adecuado mejora nuestro proceso de aprendizaje. Nos resulta más sencillo mantener la atención y contamos con una mayor fuerza de voluntad para resistir las tentaciones o distracciones.