Las relaciones tóxicas son aquellas en las que ambas partes, por diversas razones, se hacen daño mutuamente. Estas relaciones pueden manifestarse en diversos ámbitos, como la pareja, la amistad, el trabajo e incluso la familia. Los signos de una relación tóxica suelen ser sutiles y subjetivos, y esto hace que sea más difícil que las personas involucradas se den cuenta y puedan alejarse antes de que sea demasiado tarde.
Un indicador que nos debe poner en alerta es cuando se empieza a experimentar un malestar general e inexplicable, cambios en el comportamiento (como volverse más retraído o distante), o sentirse confundido sin poder identificar la causa de ese malestar. En estos momentos, es fundamental cuestionarse y reflexionar sobre lo que está ocurriendo en la relación. Sin embargo, reconocer y enfrentar una relación tóxica no es una tarea sencilla, ya que a menudo la sociedad no fomenta la atención a nuestras emociones y experiencias internas. Es importante que las personas se den cuenta de que merecen relaciones saludables y que no están solas en su experiencia.
6INSTRUMENTALIZACIÓN DE LA PAREJA
En este tipo de relación, una de las personas utiliza a la otra como un medio para obtener lo que quiere, mientras que la otra persona constantemente intenta satisfacer las necesidades de la primera sin lograr nunca satisfacerlas por completo. Lo que hace que esta dinámica sea tóxica es que la relación funciona solo en un sentido, donde solo una persona obtiene beneficios, mientras que la otra persona se esfuerza continuamente por complacer sin éxito.
Las personas que utilizan a otros de esta manera a menudo agotan la energía y los recursos de sus relaciones, y cuando encuentran a alguien que puede hacer más por ellas, tienden a dejar atrás a las relaciones anteriores.
