José Luis Baltar gobernó con mano de hierro la Diputación de Ourense entre 1990 y 2012. Del cargo lo sacó una sentencia que lo inhabilitó a ejercer cargo público por enchufar al menos a 104 trabajadores se supone que afectos a la causa del Partido Popular, que vio lógico que al autodenominado «cacique bueno» lo sucediera en el puesto su hijo José Luis, ahora recién desalojado en la Diputación y reciclado como senador.
En este gazpacho con trazas decimonónicas faltaba una oposición contundente y el hueco lo ocupó Gonzalo Pérez Jácome, que tenía una televisión local para telepredicar (Auria TV) y muy poco que perder.
Baltar senior le llega a decir a Jácome cuando era un simple reportero de una cadena semiamateur que si su lista conseguía concejalías, tal y como ocurrió con Democracia Ourensana a partir de 2011 tras dos fallidos intentos previos.
en este gazpacho con trazas decimonónicas faltaba una oposición contundente y el hueco lo ocupó Gonzalo Pérez Jácome
Jácome aprovechó su puesto como concejal para consolidar su imagen de látigo fustigador tanto del PP como del PSOE y en 2019, al ser clave para investir a Baltar junior en la Diputación, alcanzó la alcaldía de la capital de provincia gallega a pesar de ser la tercera fuerza.
Lo que iba a ser flor de un día se extendió pese a que Jácome a estar apoyado por solo 3 concejales de 27 tras producirse varias denuncias sobre la presunta financiación irregular de Democracia Ourensana y Auria TV a través de dinero municipal.
La última campaña de las municipales se suponía que iba a ser el final de Jácome, que volteó todas las encuestas, ganó las elecciones de forma cómoda y volvió a pactar con el PP, que retuvo la Diputación ya sin el clan de los Baltar al frente.
LA REGIÓN
El edil populista había quedado a la altura del betún al negociar mordidas en una serie de audios publicados por la todopoderosa ‘La Región’, eterno escudo de los Baltar y comandada por un editor (Óscar Outeriño) que hace unos días agredió al alcalde con un puñetazo.
La Región ejerce como mal ejemplo de periódico provinciano y, cuando caminaba hacia la ruina, una atinada denuncia de Jácome evitó que la Diputación se gastase ni más ni menos que 2,7 millones de euros en comprar su hemeroteca, que fue el eufemismo utilizado para no llamarlo obsceno rescate que finalmente fue evitado por Democracia Ourensana, en quizá su página más inmaculada.
De estos lodos, el descrédito del PP y el PSOE en Ourense surge el eterno victimista Jácome, que chapotea entre los dardos de La Región mientras sigue inaugurando proyectos sin que la Justicia actúe contra su impunidad.
Lo pide La Región, que en 2012 barruntaba que a Alberto Núñez Feijóo le iba a faltar un escaño y apoyó en Ourense a Mario Conde, del que metieron sus papeletas electorales encartadas con el diario ourensano.
Pero Conde patinó en las urnas. los Baltar firmaron un pacto de no agresión con Núñez Feijóo, La Región siguió en sus trece y Jácome ha dejado de ser un mal chiste como emulo de José María Ruiz-Mateos para convertirse en una pesada broma.