Se dice que los ojos son el espejo del alma, pero en el terreno médico resultan ser mucho más. También son el reflejo de nuestro estado de salud, y en concreto, aportan información especialmente relevante sobre nuestro corazón. Tanto es así que los problemas de visión pueden estar delatando patologías cardíacas.
Un nuevo estudio oftalmológico ha puesto de manifiesto este hecho, explicando que un simple examen ocular no invasivo puede revelar los primeros síntomas de una enfermedad cardíaca. Y es que los ojos cuentan con un mecanismo especialmente complejo que los conecta con el resto del organismo.
Los derrames oculares: un signo de problemas cardíacos
No cabe duda de que a través de los ojos podemos averiguar muchos detalles sobre nuestro estado de salud. Y todo ello sin necesidad de grandes maquinarias ni tecnologías punteras; basta con la sabiduría de los expertos en oftalmología, a los que debemos acudir frecuentemente para que revisen nuestra visión.
En el caso de las enfermedades cardíacas, existen unos claros delatores, y estos son los derrames oculares. Cuando la retina no recibe suficiente sangre, algunas de sus células pueden morir, dejando unos pequeños derrames. Estas señales son visibles mediante el uso de una tomografía de coherencia óptica (OCT), una herramienta que usan a diario los oftalmólogos.
Así lo indica un estudio realizado recientemente y publicado en el portal EClinical Medicine by The Lancet. Para llevarlo a cabo, los científicos compararon los escáneres de 84 personas con cardiopatías y 76 personas sin ellas. El resultado fue claro, pues descubrieron que el grupo con cardiopatías tendía en mayor medida a presentar más marcas de derrames oculares. Por tanto, se asocian estas señales a los problemas cardíacos.
Se habla de estos derrames como unos de los primeros síntomas de problemas cardíacos debido a que los ojos son la única parte del cuerpo en la que pueden observarse los vasos sanguíneos y los nervios a tiempo real. Esto quiere decir que los oftalmólogos suelen ser los primeros en detectar estos tipos de problemas de salud, pues pueden encontrarlos en los frecuentes exámenes de visión.
El doctor Joseph Nezgoda es el investigador principal de este estudio que demuestra que los oftalmólogos podrían detectar las cardiopatías con sólo tomar imágenes de los ojos y buscar las marcas de derrame. El propio Nezgoda cree que este descubrimiento podría cambiar por completo la forma de detectar con antelación las cardiopatías, lo que permitiría iniciar los tratamientos cuanto antes.
A esto hay que sumar las conclusiones de otros estudios anteriores que indican que determinadas placas de grasa en los párpados (conocidas como xantelasmas) pueden tener relación con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Así, si un oftalmólogo detectara estas señales en un examen de visión, debería indicarle al paciente que lo consulte con un cardiólogo, especialmente si tiene antecedentes familiares con problemas de corazón.
La importancia de las revisiones oculares
Está claro que las revisiones oculares son realmente eficaces a la hora de detectar determinados problemas de salud, ya sean de tipo oftalmológico o de otra naturaleza. El problema es que no siempre damos la importancia que se merecen a estas visitas médicas.
La realidad es que, a no ser que tengamos algún problema de visión (como las tan comunes miopía y astigmatismo), no acudimos con la frecuencia adecuada al oftalmólogo. Esto implica problemas de importante gravedad, pues por ejemplo, debido a esta dejadez, muchas veces se detecta el glaucoma cuando ya está avanzado.
Y es que el objetivo de estas revisiones no es sólo controlar que la visión sea correcta o que la graduación de nuestras gafas sea adecuada. Aquí entra el juego el concepto de salud ocular, y para analizarla, son necesarias algunas pruebas rutinarias.
En estos exámenes, el experto estudia la agudeza visual, la tensión ocular, la presión, la hidratación, la estructura y el fondo del ojo. Gracias a ello puede detectar en sus fases iniciales problemas de visión como el astigmatismo, la miopía, la presbicia y la hipermetropía. Pero también otras afecciones de mayor gravedad, como la degeneración macular, la retinopatía diabética o las cataratas.
De ahí que estas revisiones de visión sean tan relevantes para nuestra salud. No obstante, también debemos cuidar nuestra salud ocular en el día a día, siguiendo algunas sencillas pautas que, por irrelevantes que parezcan, tienen una enorme importancia.
Por ejemplo, es esencial proteger los ojos del sol con unas gafas especialmente diseñadas para ello. En este sentido, lo recomendable es adquirir estas gafas en una óptica especializada, pues las que encontramos en tiendas de moda y complementos no suelen contar con la calidad suficiente.
También es importante mantener una dieta rica en antioxidantes y betacarotenos, muy presentes en las verduras y las frutas. No conviene abusar del alcohol ni del tabaco. Asimismo, debemos evitar en la medida que podamos el uso excesivo de dispositivos electrónicos como el smartphone o el ordenador.