En España se consumen, de media, 9 gramos de sal al día; la OMS, por su parte, recomienda tomar entre 2 y 5 gramos de sal al día, ya que una cantidad superior aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Los expertos en nutrición están advirtiendo hace tiempo de que, a nivel poblacional, hacemos un uso excesivo de la sal, especialmente en alimentos tan básicos en nuestro país como el pan.
Esta ingesta excesiva de alimentos con un alto contenido en sodio requiere de un control urgente, por lo que en los últimos años se ha producido un auge de investigaciones que han dado lugar a inventos tecnológicos que nos permitan reducir la sal en las comidas sin alterar el sabor de las mismas. Un ejemplo de ello es el ingenioso descubrimiento que te presentamos a continuación.
1La cuchara y el tazón que simulan el sabor de la sal en los alimentos
Homei Miyashita, un profesor de la Universidad de Meiji, una de las más grandes y prestigiosas universidades de Japón, ha sido uno de los padres de este invento revolucionario que ha causado sensación en todo el mundo.
Trabajando en colaboración con el Departamento de Ciencias de los Medios Fronterizos de la Facultad de Ciencias Matemáticas Interdisciplinarias de este centro universitario japonés, y junto a la empresa nipona Kirin Holdings Company, Miyashita ha logrado crear dos utensilios de cocina que permiten percibir el sabor salado incrementado en 1,5 veces sin la necesidad de añadir sal.
Se trata de una cuchara y un tazón capaces de estimular las papilas gustativas mediante una corriente eléctrica para hacernos ‘creer’ que los alimentos tienen mayor salinidad de la que en realidad tienen.
La clave de esta sensación se encuentra en una estimulación eléctrica débil que aumenta el sabor salado, aunque la comida sea baja en sal. Con el nombre de ‘electric salt’ (o ‘sal eléctrica’), estos utensilios se ayudan de una serie de ondas eléctricas que transfieren iones de sodio a la boca.
La cuchara parece ser el producto que más éxito ha tenido de los dos, quizá debido a su facilísimo uso. Con hasta cuatro niveles de intensidad, sólo con encender su mango a través de un interruptor puedes regular el sabor a sal que quieres obtener. Respecto al cuenco, se pone en funcionamiento de una forma parecida, enviando una corriente eléctrica a los alimentos mientras sostenemos el tazón entre las manos.
Explicado a modo de resumen, el flujo eléctrico pasaría a través de la comida desde la punta de la cuchara y desde el interior del tazón. Esta corriente nos hace percibir un sabor mucho más salado, aunque nuestra comida no contenga nada de este condimento.
El hecho de que esta revolucionara tecnología se haya desarrollado en Japón, tiene en parte que ver con el alto consumo de sal de sus ciudadanos. Se ha podido saber recientemente que, en promedio, los hombres japoneses consumen 10,9 gramos diarios de sal, mientras que en las mujeres se reduce a un 9,3. Si comparamos estas cantidades con las recomendadas por la OMS (entre 2 y 5 gramos diarios), podemos ver que el país nipón dobla este nivel.
Este exceso de sal en la dieta incrementa la presión arterial causando aproximadamente el 30% de hipertensión, además de suponer un mayor riesgo de presentar cáncer gástrico, insuficiencia renal y osteoporosis.
La compañía del doctor Miyashita aseguró que la tecnología en la que se basan sus descubrimientos, los cuales proporcionan una «sensación de sabor eléctrico», son completamente seguros para la salud, ya que funcionan cambiando el sabor de los alimentos mediante un efecto de «percepción pseudosensorial.
Estas ‘pseudopercepciones’ son sensaciones mentales atípicas que se procesan de forma similar a las percepciones reales, capaces de aparecer en nuestro cerebro en ausencia de estímulos específicos que puedan desencadenarlas.
La esperada comercialización de estos dos revolucionarios inventos (tanto la cuchara como el cuenco) se espera para finales de 2023, con un precio aún desconocido.
