No es un secreto para nadie que cada vez hay más gobiernos de Occidente incómodos con TikTok. La plataforma de videos cortos propiedad de la empresa china ByteDance ha sido señalada por compartir datos con el gobierno de su país, lo que es un problema real para las instituciones de varios países que han intentado limitar el uso que pueden darle a la aplicación políticos, periodistas y ciudadanos de a pie para evitar que haya riesgos de seguridad.
EL SENADO DE ESTADOS UNIDOS
Esta preocupación los ha llevado incluso a una audiencia frente al Senado de de Estados Unidos. Este contexto les ha generado situaciones incómodas, como lidiar con una solicitud de vender parte de sus acciones a una empresa fuera del gigante asiático, pero la realidad es que su popularidad entre los jóvenes ha servido para frenar cualquier medida radical en su contra.
Resulta que varios países europeos y Estados Unidos han prohibido a sus políticos que tengan la plataforma en su teléfono, lo que apunta a una doble vara de medir complicada a la hora de armar la situación, de saber que simboliza un riesgo pero no atreverse a tomar medidas para evitar un daño quizás irreversible de la imagen de la clase política con la generación Z y los millennials. Lo expresó la secretaria de comercio del gobierno de Joe Biden, Gina Raimondo: «Si prohibimos TikTok perderemos a todos los votantes menores de 35 años».
Esta realidad demuestra un poco la estrategia clave para las nuevas aplicaciones en cualquier país: Atraer y amarrar a la gente joven. Estos una vez que crean redes en un nuevo espacio suelen aferrarse a él a pesar de sus problemas, como se demuestra con lo difícil que ha sido para Threads competir con «la plataforma antes llamada Twitter», o incluso como la propia Instagram no ha podido ganarle la partida a TikTok a pesar de haber copiado varias de sus funciones, e incluso la estructura de su famoso ‘feed’.
La prueba de la incomodidad de los gobiernos occidentales al hablar de la plataforma es la decisión de la ministra de comercio de ee. uu. de no mencionar el tema durante su visita a China
La prueba de la incomodidad de los gobiernos occidentales al hablar de la plataforma es la decisión de la propia Raimondo de no mencionar el tema durante su visita a China. TikTok es una plataforma de uso frecuente para los creadores de contenido jóvene, y el espacio en el que muchos de ellos se acercan a las noticias y al entretenimiento, además de ser uno de los orgullos de la nación asiática en su búsqueda de competir con los espacios digitales de sus «enemigos». En este marcó, prefirió no tocar el tema.
PROPAGANDA Y FILTRACIONES DE INFORMACIÓN
Las dos preocupaciones expresadas por las instituciones occidentales de tener una plataforma dominada desde China en la que se mueve tanta información es justamente los lugares a los que llega. Ya en 2019 la empresa matriz, ByteDance, fue demandada por haber movido los datos a servidores en territorio chino tras un acuerdo con Tencent, empresa de origen chino que también es dueña de ‘Epic Games’ la desarrolladora del videojuego Fortnite, lo que los demandandante vieron como una venta de sus datos al gobierno de Partido Comunista Chino. Una de ellas, Misty Hong, aseguró que la aplicación creo una cuenta sin su permiso usando sus datos.
Pero no es la única controversia de este tipo. La plataforma ha sido señalada por ocultarle a sus usuarios protestas contra gobiernos aliados al de China, como el de Putin en Rusia y el de Erdoğan en Turquía, así como de censurar información relacionada con causas del colectivo LGTBIQ+ y no ser capaz de filtrar contenidos pro nazis e incluso propaganda del ISIS. Es una larga lista de controversias, aunque hasta ahora las han sobrevivido todas sin mayores daños económicos.
BYTEDANCE SE HA PLANTEADO VENDER TIKTOK Y ABANDONAR OCCIDENTE
El otro punto que puede tener en silencio a la encargada de negocios del gobierno norteamericano y a las instituciones europeas, es la posibilidad de que la misma finalmente deje de ser controlada principalmente desde China. ByteDance se ha planteado vender TikTok a empresas como Microsoft, Walmart y Oracle, aunque el precio de la plataforma, valorada en unos 200.000 millones de dólares (unos 185.000 millones de euros) de momento ha espantado a los posibles compradores. A esto se le suma una presión del gobierno de Xi Jinping.
En cualquier caso, se trata de una situación que podría resolver el problema sin la necesidad que una de estas instituciones se ensucie las manos. Al mismo tiempo, no hay duda que los problemas que ha afrontado la red social son un buen ejemplo de la dificultad que tienen las empresas digitales chinas para funcionar más allá de sus fronteras. Son situaciones cambiantes, pero dado que sus competidores no han podido reemplazar a la pequeña aplicación de videos, de momento, al menos, y que su público ahora está entrando a edad de votar, pueden respirar tranquilos por ahora.