Estados Unidos abre la senda para que Europa limite la inteligencia artificial

Una de las grandes discusiones legales sobre la inteligencia artificial ha llegado a su fin. En plena huelga de los sindicatos de actores y guionistas de Hollywood, la oficina de Estados Unidos para el Derecho de Autor ha dicho que el arte y los textos hechos por este tipo de softwares no pueden estar sujetos a los derechos de autor, ya que, según ellos, después de todo, no tienen realmente un autor. El problema es que esto complica que puedan ser usados como fuente de ingresos, pues pueden ser copiados, imitados y sumados a archivos sin necesidad de pagar al dueño del programa o de la imagen.

EUROPA Y LA JUEZA DE ESTADOS UNIDOS

La decisión fue ratificada por la jueza de distrito, Beryl Howell, quien aseguró que la ley «nunca se había estirado tanto como para cubrir trabajo realizado por máquinas sin la presencia o la dirección de manos humanas». La decisión puede ser un jarro de agua fría para empresas de streaming y para las empresas desarrolladoras de estas aplicaciones, que evidentemente esperaban una decisión distinta.

Esto apunta a que Europa tome una decisión similar y, quizás, incluso más radical. Las dudas tanto de seguridad como en cuanto a derechos de autor de las obras que se usan para educar estas aplicaciones son todavía mayores en el Viejo Continente, con un marco legal que ha apartado ya la aplicación de inteligencia artificial de Google, el Bardo, de los países de la Unión Europea hasta nuevo aviso.

EL EMPUJE PARA QUE LA IA TENGA DERECHOS DE AUTOR

Aunque las aplicaciones de inteligencia artificial estén en el foco en este momento, debido al salto tecnológico de las aplicaciones que generan imagines y texto la discusión de la autoría tiene ya un par de años. De hecho, desde 2018 Stephen Thaler, quien originalmente pidió a la Fiscalía que revisara la decisión de la oficina para el derecho de autor, ha defendido que estos trabajos deben ser considerados de la autoría de la IA involucrada, y que el dueño de la misma sea dueño de la imagen.

Thaler, fundador de la empresa Imagination Engines y creador de la aplicación Creativity Machine, aseguró que los argumentos ahora ratificados por la corte son «arbitrarios, caprichosos y un abuso de la discreción y que no van en línea con la ley». La decisión lo deja en una situación complicada. 

No obstante, de momento, al menos en territorio norteamericano, no parece que las instituciones vayan a cambiar de opinión. Esto seguramente también llame la atención del equipo de negociación de los estudios en la huelga de Hollywood, después de todo si es más complicado hacer rentable el trabajo generado por inteligencia artificial seguramente ven con mejores ojos la posibilidad de ceder en las peticiones relacionadas de los sindicatos en la búsqueda de poder retomar la producción de contenido. 

la alarma debería sonar es en las empresas de tecnología, ya que han puesto toda su fuerza detrás del concepto de inteligencia artificial

La alarma puede sonar es en las empresas de tecnología, ya que han puesto toda su fuerza detrás del concepto de inteligencia artificial y el contenido autogenerado, por lo que ver como un mercado tan importante como Estados Unidos empieza a ponerles obstáculos puede ser un dolor de cabeza importante para sus planes. 

LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN EUROPA SIGUE SIENDO MAL VISTA

Mientras tanto, en la Unión Europea hay otro tipo de dudas. La seguridad y los derechos del material usado para educar estas aplicaciones se han vuelto más prioritarios en el Viejo Continente que los derechos del material producido por estas aplicaciones. Es una diferencia de criterios evidente, que además va en línea con las posiciones que suelen mantener ambas partes a la hora de definir el uso de nuevas aplicaciones.

la seguridad y los derechos del material usado para educar estas aplicaciones se han vuelto más prioritarios en europa

En cualquier caso, esto genera dos dificultades importantes para que estas aplicaciones puedan ser un negocio. Pero la situación es complicada en el corto plazo, al mismo tiempo no hay duda de que aunque esto complica el trabajo de las mismas como única pieza en la creación de contenido, no hay duda que siguen siendo una herramienta importante tanto para guionistas como para animadores para facilitar la parte más repetitiva de los procesos creativos. 

¿UN FACILITADOR EN LA HUELGA?

El otro punto llamativo es si la sentencia sobre la inteligencia artificial puede facilitar el proceso de diálogo entre los guionistas y actores y los estudios. Es que si legalmente no se puede tomar una aplicación digital como firmante de una nueva pieza artística no tiene demasiado sentido seguir negando a los escritores su exigencia de prohibir que alguna de estas aplicaciones reciba el crédito en un guion o, incluso, en el material previo sobre el que se adapte un guion. 

Aún faltan días para que sepamos esto último. Mientras tanto, la inteligencia artificial sigue siendo una tecnología demasiado nueva, y, por tanto, es normal que como ocurrió con internet tarde un tiempo en definirse del todo su marco legal. Pasos como estos, demuestran el interés en empezar a tener unas reglas de juego lógicas para saber como proceder.