El golpe de Estado en Níger expone el olvido del uranio español

El nuevo golpe de Estado en Níger ha sido motivo de preocupación para el mundo energético. El país africano era uno de los grandes proveedores de uranio de Francia, el principal productor de energía nuclear en Europa, y el golpe de Estado ha ocurrido justo en un momento en el que volvían a exportar su energía a países vecinos, como España, tras un par de años en que las dificultades relacionadas con el covid-19 hicieron que su producción disminuyera al punto de importarla.

Ahora bien, según datos compartidos por el Foro Nuclear español, el continente está preparado para afrontar la situación en el corto plazo. Al mismo tiempo, es evidente que la situación, que algunos atribuyen a la influencia del presidente ruso Vladimir Putin en África, demuestra una vez más los riesgos que enfrenta el continente europeo al depender energéticamente de socios tan incómodos como Rusia o tan inestables como Níger.

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El general nigerino Abdourahmane Tchiani.

En el caso del uranio, cuando la falta de importaciones desde el país africano empiece a notarse en la producción francesa, habrá otras opciones en el medio plazo. No obstante, es llamativo que se vuelva a ignorar el uso del uranio español para resolver, o al menos aliviar, la situación. El problema es que el marco legal sobre sostenibilidad dificulta la explotación de materias primas, y que desde el Gobierno actual no se considera a las nucleares como energías verdes.

En España no existen minas de uranio operativas desde el año 2000. Hasta ese año, la entonces Empresa Nacional del Uranio (hoy ENUSA Industrias Avanzadas) era la encargada de la explotación de los yacimientos existentes en nuestro país. El motivo original fue una caída de los precios, pero que hoy en día son mucho más altos sobre todo por la búsqueda de la mayoría del mundo industrializado de abandonar los combustibles fósiles, pero el nuevo marco legal no deja que sea una opción viable.

De hecho, los últimos años se han ido apagando, poco a poco, los reactores nucleares del país, apostando por otras fuentes de energías verdes como la fotovoltaica o la eólica. No es que estas fuentes de energías no sean opciones viables, en particular en la geografía española, pero es comprensible el reclamo de la industria nuclear de que no se permita explorar esta opción siquiera.

LA MINA DE BERKERLEY: UN EJEMPLO DE LA PAUSA DEL URANIO ESPAÑOL

Aunque no responde directamente al Foro Nuclear si hay un ejemplo evidente de la mala relación del Gobierno actual con el sector es la mina de Uranio de Berkeley, un proyecto en pausa desde hace años y afectado por la decisión reciente del Consejo de Seguridad Nuclear. Pero incluso desde antes el proyecto estaba en pausa absoluta.

Esto se evidencia en un informe compartido por la empresa la mañana posterior a las elecciones generales del 23 de julio. En el mismo se recuerda que el proyecto está en pausa desde 2021, que fue cuando el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico les informó de la decisión. Señalan que, desde entonces ha solicitado, sin respuesta, las condiciones que se han exigido a otras empresas para trabajar en operaciones que también debían lidiar con importantes niveles de radiación.

De momento, no hay ningún interés en recuperar el proyecto por parte del Gobierno. Es cierto que desde otros partidos se han dado más indicaciones de recuperar la capacidad de España para producir energía nuclear, que pasa por retomar la explotación de las minas y yacimientos en el territorio nacional, pero dado que, de momento, no hay siquiera seguridad de que hay investidura, esas posibilidades han quedado en el aire.

CANADÁ, AUSTRALIA Y NAMIBIA COMO OPCIONES PARA EXTRAER URANIO

Mientras tanto, los países que pueden servir en primera instancia, según los datos del propio Foro Nuclear, para cubrir el uranio que provenía de Níger a Europa son Canadá, Australia y Namibia y en el territorio galo siguen contando con el suministro de Kazajistán que tiene ya varios años siendo su mayor proveedor. De momento, por tanto, parece que aun sin el apoyo español pueden evitar una crisis energética de proporciones riesgosas, aun sin que España decida revisar sus yacimientos. 

Pero más allá de este caso, es posible que se revisen las opciones de Latinoamérica, como se demostró con los acuerdos cerrados en la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos (Celac) en cuanto a litio. Sabiendo qué países como México o Argentina tienen reservas de uranio importantes, aunque no más grandes que las africanas bien pueden ser vistas como una opción a mediano plazo. 

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De cualquier forma, desde España ni siquiera se explora la posibilidad de trabajar en estas minas en un momento donde su vecino geográfico sería el mejor comprador. Es cierto que hay motivos para ser cuidadosos a la hora de trabajar con Uranio y energía nuclear, pero también es factible que sea hora de prepararse para ello y no de ignorar del todo la opción.