La herencia de vivienda, el conflicto permanente

El fallecimiento de un ser querido es un hecho que le ocurren a todas las personas. Intentamos no hablar de ello e incluso de pensarlo, pero es necesario asumir que un día va a ocurrir y hay que estar preparado. La herencia de vivienda es un tema complicado porque involucra aspectos legales, fiscales y sobre todo emocionales. Existen casos de familias que se han roto por culpa de malos entendidos. Es un proceso delicado en el que los herederos tienen la responsabilidad de cumplir con su deber.

PROCESO HEREDITARIO

Para comenzar con el proceso es necesario acudir al Registro Civil del lugar de residencia del difunto con el certificado médico de defunción, el formulario oficial y el pasaporte o el DNI del fallecido. Este trámite debe realizarse en las primeras 24 horas.

Un documento fundamental que se podrá pedir a los 15 días hábiles es el Certificado de Última Voluntad. Acredita la presencia o la falta de un testamento y se puede pedir a través de la Sede Electrónica del Ministerio de Justicia.

Además, se necesita el certificado de contratos de seguros de cobertura por fallecimiento en el caso de tenerlo. Si no ha dejado ningún documento se debe tramitar un Acta de Declaración de Herederos para ver quienes heredarán. En el caso de que exista un testamento, se autorizará únicamente la última versión.

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El plazo para realizar el pago de los impuestos es de 6 meses desde el fallecimiento (el Impuesto de Sucesiones y el Impuesto sobre el incremento de los Bienes de Naturaleza Urbana). Dependiendo de la comunidad autónoma y de las condiciones que se establezcan, algunos herederos pueden quedar exentos de pagar el de Sucesiones. Será necesario pagar ante el ayuntamiento donde esté ubicada la vivienda la plusvalía municipal, hace referencia al valor que ha aumentado la casa desde el momento de la compra hasta la herencia. Finalmente, los herederos deberán pagar la tasa por acudir al Registro de la Propiedad e inscribir la escritura.

PROBLEMAS CON EL REPARTO

Tras el fallecimiento de los padres, la vivienda corresponde a partes iguales a los herederos. La situación puede volverse tensa porque uno de los herederos está ocupando la vivienda y no quiere salir de ella.

La primera actuación que podemos hacer si existe una mayoría dentro de la herencia: es decir, que el porcentaje de la herencia supere la mitad y quieren que el heredero que ocupa la vivienda la desaloje. En este caso podremos iniciar un procedimiento de desahucio por precario donde se establecería una fecha concreta.

En el caso de no tener una mayoría: Se pone en marcha la división judicial de la herencia. Esto ocurre cuando no han sido posibles los acuerdos extrajudiciales de los herederos. El juez será quien dicte una sentencia que establezca la partición y distribución de la herencia entre los herederos.

PARA VENDER LA VIVIENDA

Una vez aceptada la herencia, muchos son los que optan por vender la vivienda cuando fallecen sus padres. Puede ser por motivos económicos, sentimentales o simplemente evitar un conflicto entre hermanos.

Cada uno de los hermanos tiene una parte equitativa de la vivienda, por lo que es imposible que uno de ellos pueda vender la totalidad de la casa. En el caso de que uno quiera vender su parte, sí que sería posible, pero siempre tendrá preferencia la familia por delante del extraño.

Ningún propietario se puede ver obligado a vender por mucho que el resto quiera. Para solucionar este conflicto, el hermano puede comprar la participación de los demás. En el caso de que económicamente no pueda, se procederá a la división judicial de la cosa común o extinción de condominio. Es importante saber que con que uno de los herederos solicite la venta se podrá iniciar el procedimiento.

La Ley 15/2015, de Jurisdicción Voluntaria, introduce como novedad las subastas voluntarias para la división de la cosa común. Este procedimiento puede crear perjuicios, ya que termina con la subasta de la vivienda común y el precio es inferior al del mercado.

EL ENTENDIMIENTO

En una situación delicada, donde se puede perder la cabeza y pasar del lado emocional al económico, puede generar un problema que los fallecidos no estarían orgullosos. La mejor solución para evitar todo tipo de conflictos pasa por el entendimiento de todas las partes. Al mirar por el colectivo en lugar de mirar por uno mismo, se podrá conseguir llegar a un acuerdo evitando la vía judicial.