Netflix intenta salvar su caída en la bolsa bajando el precio de los anuncios

Netflix tiene varios motivos para sentirse en una situación delicada. La gran empresa de streaming es, sin duda, una de las más grandes del mundo lo que la hace capaz de aguantar crisis económicas y de reputación, pero incluso así es complicado pensar que ser uno de los rostros más visibles de las grandes casas productoras durante una huelga de actores y guionistas no parece una buena noticia. 

Pero no es su único problema, aunque la empresa puede presumir unos buenos datos de ingresos en lo que va de año acaban de ver como sus acciones perdían 12 puntos en un solo día, impulsados por una oferta para un encargado de Inteligencia Artificial visto como una provocación, y una prueba de la disposición de la empresa y sus competidores en el mercado.

El tema es que la realidad sigue siendo complicada. Producir para televisión, en streaming, cable o cualquier formato de transmisión es costoso y la plataforma parece haber notado lo complicado que es proceso sin generar un ingreso directo a la empresa, como en su momento lo eran las ventas de entradas de cine o las de dvds y Blu Rays, por tanto, esperaban que la venta de anuncios fuera una buena fuente de ingresos, pero no ha logrado todo lo que esperan.

Para intentar revertir la situación la empresa de la N apunta por bajar el precio en el que venden los anuncios, esperando que haya más empresas interesadas en sumarse a este formato. Es una apuesta importante, después de todo las suscripciones con publicidad han sido uno de sus anuncios más criticados por los usuarios y aunque los datos han resultado positivos el movimiento muestra que los anunciantes siguen con algunas dudas sobre él esta nueva estrategia. 

La decisión de Netflix ocurre en un momento en que en general las empresas de tecnología, los aliados evidentes del streamer, están reduciendo sus costos de publicidad. Esto los deja en una situación complicada dado que contaban con que fueran una fuente de ingresos tan importante como los suscriptores, al punto de permitir que algunos pagaran menos por mantener la cuenta, todo un punto de honor para una empresa que acaba de evitar que las familias compartan claves de una sola cuenta. 

Dado el riesgo de quedarse sin contenido que atraiga nuevos usuarios, aunque los reportes indican que pueden cubrir el resto del año la huelga de actores y guionistas sí que puede ser un problema eventualmente, no poder contar con la publicidad es un problema. Por tanto, lo esperado es que esta no sea la última medida de este estilo tomada por la empresa en el resto del año.

NETFLIX: SEÑALADA POR LOS HUELGUISTAS

Uno de los grandes problemas de la empresa de streaming es que al ser la que popularizó el concepto es una de las más señaladas por las prácticas que critican los huelguistas. Desde ocultar, o al menos ser opacos, con la cantidad de espectadores que tiene cada uno de sus programas en la plataforma, pasando por lo poco que pagan por regalías, el nombre de Ted Sarandos, CEO de la empresa, suele estar amarrado a estas críticas.

Esto empeora al pensar en los anunciantes. Es que Netflix cobra con base en la cantidad de personas que se topan con cada publicidad, que van de los 39 a los 45 dólares por cada 1000 personas, lo que empieza a obligar a que sea más transparentes con la cantidad de suscriptores que se anotan a cada programa, y cuantos lo ven completos. Después de todo pagar por salir como anunciante en ‘Stranger Things’ o en la nueva serie que no funcionó no tendrá el mismo precio.

Aun así esta oferta por anunciantes ha subido la cantidad de usuarios que usan la cuenta con anuncios, según sus propios datos en la llamada de inversores del segundo trimestre del año. Pero aun así los anunciantes siguen mostrando nervios para el nuevo modelo, es una situación única para Netflix, que es la única empresa dedicada exclusivamente al streaming audiovisual.

EL RESTO DE LOS ESTUDIOS SIGUEN ESPERANDO PARA NEGOCIAR CON LOS HUELGUISTAS

Mientras tanto el resto de los estudios y productoras de contenido para streaming han dejado también de participar en las negociaciones con los sindicatos. Es una medida que ha llevado a que la situación siga acercándose al extremo de forma complicada para todas las partes involucradas. Esto apunta a que la crisis actual durará varios meses más antes de encontrar una solución.

De todos modos de momento sigue habiendo contenido como para que los estudios terminen en año. El problema real es el año que viene y la circunstancia que los cines pueden tener que afrontar si no hay nuevas películas de parte de los estudios.

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad