El dato de avance de Contabilidad Nacional Trimestral del segundo trimestre de 2023 muestra una suave contención del crecimiento, con una tasa trimestral del 0,4%. La variación interanual se desacelera de forma significativa, hasta el 1,8%, frente al 4,2% del primer trimestre. Una tendencia reforzada estos últimos días por diversas patronales y otros sectores económicos.
Una tendencia que hace creer a todos los expertos en la posible desaceleración económica que parece que llegue a principios del próximo otoño, que algunos expertos señalan puede convertirse en una posible recesión con la futura bajada de tipos y una inflación que estará entre el 6% y el 7%. Datos estos augurados por los expertos económicos más pesimistas.
La composición ha cambiado totalmente frente al patrón observado en trimestres anteriores, con un notable dinamismo de la demanda interna (que aporta 1,9 puntos porcentuales), mientras que la contribución del sector exterior se ha vuelto negativa por la caída de las exportaciones (-1,5 puntos porcentuales). Algo que incluso la caída del precio del dólar no ha equilibrado todavía y apunta que no va poder regularlo.
En la mejora de la demanda interna ha sido clave la recuperación del consumo privado, que aumenta un 1,6% inter trimestral, lo que contrasta con las caídas de los dos trimestres anteriores. Este comportamiento podría venir explicado por la desaceleración de la inflación y la buena marcha del mercado laboral, unas notas microeconómicas que contrastan con la hipótesis señalada de la desaceleración o la recesión.
En este mismo sentido, cabe destacar también que el consumo público también se recupera significativamente, con una tasa de crecimiento del 1,5%. Otro dato contraste entre la macro y la micro economía.
La inversión en construcción, tras la paralización de proyectos del año pasado por el aumento de los costes de los materiales, comienza a normalizarse y registra un incremento notable en términos inter trimestrales.
Sin embargo, la inversión en maquinaria y equipo, aunque sigue aumentando, lo hace a un ritmo más moderado, acusando el deterioro de las expectativas y la subida de los tipos de interés y el retraso de la materialización de los fondos europeos. Caso similar en el negocio de las reformas y las obras que a pesar de tener un leve repunte, las propias empresas del negocio no tiene augurios positivos para continuar esta leve versión alcista.
Caída del sector exterior clave para la desaceleración
Desde el punto de vista del sector exterior, tanto las exportaciones como las importaciones han mostrado una significativa caída, tras los crecimientos del primer trimestre de 2023. La caída más intensa de las exportaciones frente a las importaciones en el segundo trimestre ha dado lugar a una aportación negativa del sector exterior, lo que obliga a cuidar aquellos factores que inciden de forma directa en la competitividad.
Se observa una gran heterogeneidad en la evolución por sectores. Por ejemplo, toca poner en valor el sector de los servicios, sobre todo, en las ramas de actividad ligadas al turismo, al ocio, las telecomunicaciones y las profesionales que incorporan más valor añadido.
La industria, afectada por la caída de la demanda exterior
Por el contrario, la industria anota una caída trimestral de su actividad debido a la ralentización de la demanda a nivel europeo y también mundial algo que se generalizará más aún con el trascurrir de los meses. En este mismo sentido, también las actividades inmobiliarias se están viendo afectadas negativamente por la subida de los tipos de interés y el aumento de la incertidumbre, que está frenando las operaciones inmobiliarias.
Por último, el sector primario está sufriendo una notable desaceleración, tanto por la sequía como por el encarecimiento de sus inputs algo que también afecta a los seguros y de forma cada vez más latente. Hay que recordar la sequía sufrida este año que ha sido rematada por las lluvias torrenciales y el pedrisco del mes de junio.
Por otro lado, las horas trabajadas crecen en el segundo trimestre, con una tasa trimestral del 1,3%. De este modo, se recuperan los niveles previos a la crisis; la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo se reduce significativamente tanto en tasa inter trimestral como interanual, frenando la tendencia a la recuperación que se venía observando; y los costes laborales unitarios continúan creciendo y, en comparación con la situación previa a la crisis, son un 11,6% superiores a los del cuarto trimestre de 2019.
Por el lado de las rentas, hay que destacar que el Excedente de Explotación Bruto se estanca en el segundo trimestre, tras retroceder un 3,6% en términos trimestrales en el primero.
Por lo tanto, cabe señalar que el EBE está retrocediendo en lo que va de año, de ahí la desaceleración que está registrando en términos interanuales. Por su parte, la remuneración por asalariados continua su recuperación en términos trimestrales, al igual que los impuestos, aunque los primero aún ritmo menor del necesario.
De cara a la segunda parte de 2023, el balance de los riesgos sigue sesgado a la baja. El impacto de la subida de los tipos de interés (el BCE los ha elevado hasta el 4,25% el 27 de julio) sobre el consumo e inversión de familias y empresas y la situación de las finanzas públicas, junto al panorama geopolítico, configuran, entre otros factores, un escenario que puede lastrar la actividad y el empleo.