Hace ya muchos años que los comercios dejaron a un lado la caja registradora, y lo mismo ocurre en los bares y restaurantes, pues la mayoría ya emplean los tpv hostelería, los cuales les facilitan mucho el trabajo.
Con estas máquinas con pantalla táctil, los puntos de venta no tienen que anotar precios, sino solo pulsar la pantalla para ir sumando las consumiciones o las compras a la cuenta de los clientes.
Cada TPV tiene su propio software
Lo que hace que un tpv táctil sea tan polivalente es que cada uno lleva un software propio. Eso significa que se pueden adaptar a negocios tan dispares como un bar o un centro de estética, pasando por tiendas, quioscos, etc.
De hecho, en tiendas como Ventatpv nos ofrecen máquinas que incluso pueden incorporar balanzas, muy empleadas a la hora de pesar la fruta, liberando a los clientes de ese trabajo que no siempre hacen de manera correcta, en especial si son mayores.
Los precios son bajos y ofrecen la posibilidad de firmar un contrato de renting
Los precios de las máquinas de Ventatpv son muy bajos, más si tenemos en cuenta la calidad de los terminales que venden. Podemos adquirir una de estas máquinas desde 599 euros, que es lo que cuesta un TPV táctil para bares, tiendas y comercios. Además, ofrecen la posibilidad de firmar un contrato de renting, pudiendo pagar el TPV hasta en 48 plazos de una manera muy cómoda y sin casi darnos cuenta al ser las cuotas muy bajas.
Venden TPV adaptados a Ticket BAI
En el País Vasco ya funciona una forma de facturar que se va a implantar en el resto de España en los próximos años, y que básicamente consiste en que cada factura o ticket emitido se envía directamente a Hacienda.
De este modo, en Ventatpv es posible adquirir máquinas que ya tienen el software adecuado para poder hacer esto, lo que al final ahorra mucho papeleo a los negocios y a los autónomos.
Ventatpv también ofrecen cajones de cobro automático
Hay empresas en las que se usa mucho efectivo, como pueden ser los bares y los restaurantes. Aquí, manejar este dinero acaba siendo un problema, tanto por equivocaciones de los empleados como por la posibilidad de que alguno de ellos robe. Esto se evita con un cajón de cobro automático, una máquina que gestiona el efectivo y que lo deja todo dentro de la misma, dando acceso al dinero solo a las personas autorizadas.
Puede estar gestionada por un empleado, el cual va metiendo el dinero que abonan los clientes y les da la devolución. En otros casos, son los mismos clientes los que se cobran, obteniendo un ticket que demuestra que han hecho el pago.
Todo negocio necesita una buena gestión de los cobros, una que sea ágil y que impida descuadres en la caja. A ello ayudan tanto los TPV como los cajones de cobro automático, dos soluciones que cada vez se ven más en sitios como peluquerías, bares, restaurantes o el pequeño comercio.