Desde que en 2018 se empezara a aplicar el nuevo marco normativo en relación con la actividad, movimientos y operaciones en mercados y entes financieros, uno de los cambios regulatorios asumidos es que todas las personas jurídicas han de contar con un código LEI válido y en vigor que permita materializar operaciones de forma certificada, una norma comunitaria de obligado cumplimiento.
En un mundo globalizado e interconectado que mantiene un vertiginoso ritmo de relaciones comerciales, operaciones y actividades de muy diversa índole, las certificaciones y homologaciones se han convertido en un procedimiento de carácter obligatorio en muchos ámbitos y de forma muy generalizada. Uno de estos indicadores globales es el llamado código LEI, compuesto de un total de veinte caracteres de tipo alfanumérico, y concebido para identificar y validar las partes contratantes dentro de un proceso financiero, es decir, para aquellas organizaciones que participan e intervienen en un determinado contrato, reconociendo de forma certera y legal a las entidades en cuestión.
El código LEI es, por tanto, un identificador de entidad jurídica que permite mantener en orden, al día y en actualización permanente el registro de datos de las entidades en el Registro Mercantil, capturando el número total de códigos LEI emitidos en España. Cualquiera que sea el tipo de compañía o la actividad a la que se dedique, deberá contar (obligatoriamente desde enero de 2018) indispensablemente con código LEI para poder operar y efectuar actuaciones con valores, esto es, todas las empresas que participan en el comercio de derivados, para así quedar identificadas antes de ejecutar las operaciones.
Para solicitar codigo LEI, asignado de manera exclusiva, fija y conforme a un estándar internacional (basado en las especificaciones proporcionadas por la norma ISO 17442), hay que pasar por un procedimiento sencillo y básico en el que solo se requiere introducir la información principal de la compañía (datos requeridos por el Registro Comercial para garantizar que la solicitud cumple con los estándares); seleccionar el periodo de validez y aplicación de dicho código, a elegir entre diferentes fórmulas de vigencia y funcionamiento; y a continuación, en último lugar, proceder a realizar el pago on line mediante tarjeta bancaria y de forma segura.
Un trámite de obligado cumplimiento, pero al alcance de todos. Y es que, la totalidad de entidades legales que en el normal desarrollo de su actividad diaria lleven a cabo y materialicen transacciones financieras, negociaciones, acuerdos, convenios, acciones, bonos y gestiones diversas, han de contar con un código LEI, afectando esta circunstancia a empresas, organizaciones,
Espana LEI es una empresa muy solvente y asentada en la práctica de este tipo de operaciones en relación con las altas y registros de códigos. Con una larga trayectoria en el sector, funciona como agente autorizado para registros como es el caso del número LEI al servicio de empresas españolas, prestando en este sentido una asistencia integral, segura y fiable. Tanto es así que más del noventa por ciento de los LEIs emitidos y gestionados por España LEI están plenamente reconocidos y ratificados, lo que avala la valía de esta compañía.
España LEI brinda además una atención particular y concreta acorde a las necesidades y preferencias de cada cliente dependiente de su actividad y sus expectativas. Así, es posible elegir entre diversos packs y formatos de validez del número de registro a utilizar en las transacciones y operaciones de distinta clase y naturaleza, ofreciendo códigos LEU de hasta cinco años de vigencia y autenticidad, en todo caso.
¿Por qué existen los códigos LEI?
La evolución de las operaciones comerciales y los mercados internacionales, tan interconectados e interdependientes ha ido haciendo cada vez más necesario, con el paso del tiempo y las crisis vividas, un conocimiento y seguimiento adecuado de los mercados y su actividad, con mayor nivel de transparencia y precisión, y por ende una mejor gestión del riesgo y la incertidumbre.
La información básica de una empresa que recoge un código LEI abarca principalmente la denominación y domicilio legal (y real) de la entidad; forma social y país o región de jurisdicción legal; número y nombre del registro de entidades; código LEI y fecha de inscripción (y de última actualización de datos).