Cada vez son más las startups de transporte que apuestan por nuevas formas de transporte más sostenible. Una de ellas es Shopopop, la empresa fundada en Francia en 2016 está intentando cambiar la forma en que se entiende el servicio de entrega de productos, apostando por un «Reparto Colaborativo». La idea, como puede ser evidente, es que el envío desde el mercado o la tienda sea realizado no por un coche, y un conductor, dedicado a esto, sino por algún usuario al que el local y el punto de entrega le queden en la vía.
Desde su fundación empresas de Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y España, países en los que la plataforma opera, se han asociado con Shopopop buscando replantearse, tanto a nivel interno como de cara al público, su relación con los procesos de entrega. Tampoco debería ser especialmente sorprendente que haya empresas dedicadas a experimentar con este tipo de procesos.
Es una estrategia interesante, que ya ha conseguido aliados en empresas clave tan distintas como pueden ser Carrefour y Leroy Merlin. Según sus propios cálculos oficiales ya han realizado unos 6 millones de entregas en Europa y En España ya opera en Madrid, Valencia, Alicante y Barcelona, conectando retailers y particulares con coche. En cualquier caso es una opción interesante, y que probablemente sea importante en un entorno donde cada vez son más comunes las compras online de cualquier tipo de producto.
Shopopop comenzó a operar en España en febrero de 2022, comenzando su actividad en Madrid y, posteriormente, en Valencia y Alicante. Actualmente, su modelo ha llegado también a Barcelona, donde ya trabajan con establecimientos como las floristerías flors & GO y Wei arte floral además de algunos supermercados DIA. Para la ciudad condal, Shopopop se encuentra en plena expansión y prevé alcanzar más de 100 empresas colaboradoras a final de año.
En cualquier caso el ejemplo de Shopopop no es único. La empresa es un ejemplo más de la búsqueda de modelos de negocio digitales más sostenibles en un continente que está en pleno proceso de transformación energética con una crisis inflacionaria de trasfondo. Más allá de los números de esta empresa, que si se les cree son positivos, es muy fácil ver a los lados y notar el crecimiento en ofertas de renting, carpooling y similares conceptos que van de la mano con la idea de esta empresa.
UNA MANERA DISTINTA DE PLANTEARSE LOS REPARTOS
Lo cierto es que para muchas empresas este tipo de relación con sus repartidores debería ser más fácil de asumir que la actual. Es que pareciera que no puede pasar demasiado tiempo sin que se lea sobre una controversia con las entregas de Amazon, Glovo o algún supermercado, por lo que tiene algo de sentido querer descargar esta responsabilidad en los usuarios, o en su defecto en la startup francesa. Al mismo tiempo hay que recordar que conceptos como la ley Rider están presentes en España para obligar a las empresas a hacerse cargo de sus repartidores.
Pero parece que Shopopop han conseguido una alternativa interesante a este modelo. Es que, al menos según la presentación de la app, los repartidores son vecinos de la misma comunidad de quien recibe la entrega y que reciben una propina por la entrega. Como modelo está pensado como un complemento y no como un trabajo fijo, así que pueden escapar de algunas de estas situaciones.
MODELOS DE NEGOCIO PARECIDOS A SHOPOPOP
El otro punto que puede ser interesante es mantener este modelo a medida que el negocio de la empresa crece. Recordemos que esta idea del complemento no es tan distinta de la idea presentada por empresas como Uber o Glovo cuando irrumpieron en el mercado, después de todo incluso Airbnb originalmente era para alquilar nuestro propio piso mientras estábamos de vacaciones, y ahora hay empresas de turismo dedicas a este modelo de alquiler a corto plazo.
Son temas que tendrán que irse midiendo a medida que este proyecto crezca, aunque su presencia internacional y la cantidad de empresas aliadas no permitan que se pueda hablar de una startup pequeña el modelo sigue sin ser tan reconocido como el de otras empresas. Al mismo tiempo Barcelona es una ciudad complicada para este tipo de proyectos, si no que le pregunten a Cabify, lo que hacen de esta nueva apertura un reto más que interesante para Shopopop.
En cualquier caso se trata de pura especulación. De momento las buenas noticias es que sigan existiendo empresas que intentan cambiar este tipo de procesos para hacerlos más sostenibles, y que España siga siendo un destino atractivo para este tipo de proyectos.
