Todos hemos tenido que comprar un nuevo teléfono de emergencia. En especial en la actualidad, con las empresas manteniendo políticas de obsolescencia programada al lanzar nuevos modelos. Por tanto, las ofertas de financiación de empresas como Vodafone o Movistar eran clave para que los usuarios de sus servicios pudieran cambiar su móvil de forma oportuna, sin esperar a que estos terminen de funcionar del todo.
Pero este tipo de ofertas fueron por un tiempo víctimas de la crisis causada por el coronavirus. Afortunadamente, tras varios meses de «normalidad», y tras encajar ese primer golpe en el consumo se han recuperado tanto las financiaciones como las subvenciones de estas empresas para que sus clientes puedan adquirir un nuevo móvil, que después de todo es la principal herramienta con la que usan sus servicios de conexión.
Lo cierto es que es llamativo ver la diferencia de este tipo de proyectos en el caso de dos de las plataformas de telecomunicaciones más importantes de España. Por un lado, Movistar, de Telefónica, y del otro Vodafone. Es que se trata de dos estrategias con mucho en común, pero con un par de diferencias básicas entre los dos gigantes en cuanto a este tipo de acercamientos a sus clientes.
Quizás lo más llamativo sea la diferencia entre los productos que ofrecen a primera instancia. Es que la empresa de Telefónica tiene mucha más variedad en el tipo de productos que se ofrecen junto a los contratos nuevos, aunque las formas de pago entre ambas plataformas son realmente las mismas. De todos modos este tipo de medidas son importantes para la buena salud de un sector que se ha vuelto de los más importantes en la realidad pospandemia.
VODAFONE SE ESFUERZA EN VENDER MÁS TELÉFONOS
Sea con financiaciones que se traducen en pagos por plazos de varios años, que pueden ser pagos tan pequeños como uno o dos euros al mes, o descuentos subvencionados para nuevos clientes que puede llevar a que el equipo sea gratis, a cambio por supuesto de asumir durante un tiempo mínimo el servicio de internet o teléfono de la empresa de origen británico.
Es cierto que no es necesariamente una nueva estrategia para captar clientes por parte de Vodafone, es de hecho una de las más antiguas del libro. Pero al mismo tiempo solo hace falta ojear su página, y sus anuncios recientes de cara al público, para darse cuenta de que se trata de un refuerzo importante y de recordarle a sus posibles nuevos usuarios que se trata de una forma de matar dos pájaros de un tiro a la hora de pensar en instalar la red en un piso nuevo, o simplemente tiene que plantearse el gasto apostando por resolver otro tipo de problemas.
Habrá que ver si funciona para competir con sus rivales directos. Es que la empresa está, como todo el sector, en un momento delicado por la crisis inflacionaria empujada por la interminable situación en Ucrania, por lo que cada cliente captado por la tentación de un nuevo teléfono es una buena noticia para el futuro inmediato.
MOVISTAR SE EXPANDE AL RESTO DE LOS ELECTRODOMÉSTICOS
Al mismo tiempo la plataforma de telecomunicaciones de Telefónica mantiene también esta ya clásica estrategia para captar clientes, pero sus ofertas van más allá de los teléfonos. Es que al revisar su web se pueden conseguir ofertas de electrodomésticos que van desde la televisión, pasando por consolas de videojuegos e incluyendo también aparatos como lavadoras y neveras. Todos con el mismo tipo de planes de pago de las promociones de su competidor de origen británico.
Lo cierto es que es una decisión interesante, y que tiene sentido, después de todo los usuarios de la empresa no tienen el internet únicamente como conexión para el teléfono. Aplicaciones de streaming, incluyendo la propia de Movistar, videojuegos en línea y la posibilidad de manejar algunos electrodomésticos desde el teléfono son todos usos claves, aunque no necesariamente su prioridad a la hora de plantear estas ofertas que siguen dando prioridad al móvil.
En cualquier caso que este tipo de ofertas se renueven es una buena señal de la salud de la economía española. Que este tipo de promociones vuelvan a ser parte del día a día prueba que seguramente hemos pasado lo peor de la crisis pandémica, aunque la inflación sigue acechando todas las decisiones económicas de los ciudadanos.