El parque inmobiliario es responsable del 40% del consumo de energía final, un impacto medio ambiental muy importante en el computo global y cuya huella quedará para futuras generaciones. Por ello, el sector de la construcción está cada vez más concienciado, muestra son las Passivhaus, y es en días como hoy, en el Día Mundial del Medio Ambiente, en los que conviene recordar que otra forma de vivir es posible, más verde y sostenible.
Hace unos días recogíamos en Merca2.es la nueva certificación de Edificio Sostenible que Aenor otorgaba a Habitat Inmobiliaria. En esta línea, cada vez son más las constructoras y promotoras que promueven estándares de construcción de alta eficiencia, capaces de reducir hasta un 90% la demanda energética, evitando además la emisión de grandes cantidades de CO2.
Desde el sector, entidades como la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) inciden en la necesidad de construir edificios energéticamente eficientes que protejan el medio ambiente y minimicen o incluso anulen sus emisiones de CO2. Un parque inmobiliario que supone casi la mitad del consumo de energía final y que, en datos generales, supone un 36% de las emisiones de gases en Europa.
Datos que se hacen insostenibles de cara a futuras generaciones, de ahí que el Parlamento Europeo haya dado su visto bueno a la revisión de la Directiva Europea sobre Eficiencia Energética en Edificios con la inclusión de normas más estrictas, reforzando así su compromiso de alcanzar la neutralidad climática en 2050, objetivo último del Pacto Verde Europeo.
Todos los ciudadanos estamos experimentando, precisamente en estos últimos meses, cómo de forma, cada vez más recurrente, se suceden periodos de sequía acuciante y de inundaciones. Los veranos son cada vez más extremos y la biodiversidad cada vez está más debilitada. No podemos seguir mirando hacia otro lado y debemos proteger el Medio Ambiente. Cada uno de los sectores implicados debemos poner de nuestra parte.
Reducir la demanda de energía hasta un 90%
El estándar Passivhaus permite luchar contra este impacto, reduciendo hasta un 90% la demanda de energía de los edificios, evitando así la emisión de grandes cantidades de CO2. Al obtener esta certificación energética, la más exigente que existe a nivel mundial, se consiguen edificios resilientes, con un consumo casi nulo, que alcanzan la máxima eficiencia energética y que cuidan la salud del planeta y de las personas.
Una construcción eficiente, necesariamente, no tiene que ser una nueva construcción, existen formas de introducir estas mejorar en inmuebles existentes, mejorando la eficiencia de estos y, además, reduciendo nuestro consumo energético, como apunta Arturo Andrés Jiménez, presidente de la Plataforma Passivhaus, «es fundamental construir de manera eficiente bajo los estándares más exigentes. Además, en estos momentos, apostar por la rehabilitación es clave y nuestra máxima es que el estándar Passivhaus se convierta en el modelo a seguir a la hora de rehabilitar una vivienda y transformarla en una edificación sostenible».
Una tendencia en alza en España que ha provocado que la presencia de edificaciones Passivhaus sea cada vez mayor. Según los datos disponibles de la Asociación, actualmente hay más de 281.514m2 certificados Passivhaus en España repartidos en 250 proyectos. Además, las previsiones para los próximos 2 años es que se alcancen más de 380.000m2 en unos 352 proyectos, según datos recogidos por la asociación.
Un crecimiento que, tal como añade Arturo, «Aprovechemos el momento en el que estamos para demandar a las administraciones su implicación al máximo con el fin de transformar el parque inmobiliario español. Sin duda, éste debería estar a la altura de las exigencias del planeta». Estos más de 280.000m2 certificados dejan de consumir 9.875.511,12 kWh al año y evitan la emisión de 1.877.698,38 kg de CO2eq, equivalente a lo que absorben 187.769,84 árboles, o igual a 12,451 parques del retiro.
El ahorro que supone construir Passivhaus
Construir edificios Passivhaus es más barato que construir edificios convencionales puesto que la sobreinversión inicial necesaria -que está estimada entre el 3% y el 10% en función del tipo de proyecto- se recupera en los primeros años de uso del edificio debido a los grandes ahorros energéticos que se obtienen, contando a partir de entonces con un ahorro constante y resultando en un edificio mucho más económico al final de su vida útil.
Para ponerlo en magnitud, el gasto de climatización de estos edificios, referido al consumo energético y antes de impuestos, se sitúa en torno a 1,5€ por m2 al año, es decir que para una vivienda de 100 m2 ronda los 150€ al año.