miércoles, 11 diciembre 2024

Si aún conservas tus viejas casetes quizá tengas alguna por la que puedes ganar mucho dinero

Según los rumores, las antiguas casetes de música se han convertido en tesoros muy preciados por los coleccionistas. Hoy en día su precio puede alcanzar niveles escandalosos, pues hay quien habla incluso de cifras superiores a los 60.000 euros.

Sin embargo, existe una enorme confusión respecto a la compra-venta de estas antigüedades, por lo que es importante informarse bien antes de vender o adquirir alguna de estas casetes.

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Casetes: ¿viejas glorias o tesoros?

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Si ya cuentas con cierta edad y eres un fanático de la música, seguro que en algún momento has logrado reunir una buena colección de casetes. Puede que a los más jóvenes les resulten demasiado lejanas; es más, puede que en la era de Spotify y las plataformas musicales hasta los discos les resulten lejanos. Pero para muchas generaciones las casetes fueron auténticos tesoros.

Para comprender el verdadero valor de estos elementos, hay que hacer memoria. Las casetes o “cintas de audio” nacieron en el año 1962 de la mano del ingeniero holandés Lou Ottens, y precisamente fue la marca holandesa Philips la que lanzó el producto al mercado.

No tardarían en expandirse por todo el mundo. Este nuevo formato adquirió una enorme popularidad rápidamente dada la comodidad y fácil transportabilidad que ofrecía. Es lógico, pues hasta entonces los discos de vinilo eran la única opción.

De esta manera, las casetes revolucionaron el mercado, más aún cuando surgieron los primeros modelos reproductores y grabadores al mismo tiempo. Ahora podíamos hacer nuestra propia lista de canciones y pedir a nuestros amigos que nos hicieran copias de sus casetes originales. “Cintas vírgenes” se llamaban, y llegaron a las tiendas de todo el mundo a mediados de los 70.

No tardaría en nacer el Walkman, concretamente el 1 de julio de 1979 de la mano de Sony. Ahora podíamos escuchar nuestras canciones preferidas en cualquier sitio, pues este dispositivo cabía en nuestros bolsillos y bolsos, y sus auriculares nos otorgaban la privacidad que necesitábamos. Incluso podíamos escuchar la radio con él. En pocas palabras, el Walkman se convirtió en el MP3 de la época.

Pero no hay subida sin bajada. En 1979 nacieron los primeros discos o CD, desplazando a las casetes, al igual que estos últimos desterraron los vinilos. A finales de los 80 todo el mundo tenía una buena colección de discos, y a primeros de los 2000, las casetes habían quedado obsoletas.

El ciclo ha continuado durante estos años con otros dispositivos como el MP3 o el famoso iPod Nano, hasta llegar a los móviles, que cada vez admiten una mayor capacidad de almacenamiento y ofrecen una mejor calidad. Las plataformas digitales, que “guardan” nuestras canciones en algún rincón de su infinito mundo digital y nos proponen unas opciones inigualables de personalización, han hecho el resto.

En conclusión, las casetes han muerto. ¿O no?

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Raquel Sanchez
Raquel Sanchez
Periodista y redactora especializada en cine y televisión.

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