El idioma español mantiene viva a la industria musical según Spotify

Shakira, Bad Bunny y el norteño Peso Pluma. Son artistas que tienen solo dos cosas en común: Están en el top 10 de los artistas más escuchados en Spotify y los tres hablan español. Es que la cantautora colombiana devenida en diva pop, el revolucionario del trap y el reggaetón y la orquesta de música norteña de México llegaron a reproducir más 20 millones de reproducciones en un día. Lo que para la empresa musical es un buen dato en cuanto al interés de sus suscriptores. 

Es que, empujados por la revolución del reggaetón, los artistas de habla hispana han ganado cada vez más relevancia tanto en festivales como en las plataformas, e incluso en las ventas de formato físico. Sea artistas del género urbano o incluso artistas que se mantienen en su órbita, como son los casos de figuras como Jorge Drexler y Rosalía que han sabido rodearse bien.

Por supuesto el caso más evidente es el de Bad Bunny. El autor de ‘Safaera’ y ‘Ojitos Lindos’ tiene una fortuna calculada en 40 millones de dólares, pero es que a su discográfica, Rimas Entertainment, puede generarle unos 88 millones de dólares al año, un monto suficientemente alto para mantener a toda la empresa (Aunque también cuentan con otros artistas de renombre como Arcángel y Jowell y Randy). Visto así es fácil entender por qué en la plataforma lo empujan tanto.

Pero no es el único. De hecho al ver la lista de artistas más reproducidos en Spotify solo una anglosajona sigue teniendo el mismo poder que Benito: Taylor Swift. Considerando que la nacida en Nashville es probablemente la artista más importante del mundo del pop moderno parece más bien una excepción impulsada por el ya extenso legado de la artista (que tienen la gira más importante del momento).

AUNQUE CRECEN EN SPOTIFY LO MÁS IMPORTANTE SIGUEN SIENDO LAS GIRAS

Vale señalar de a pesar de lo que puedan sumar por sus reproducciones en Spotify y demás plataformas la realidad de la industria musical es que sigue siendo dependiente de la música en vivo. Es la principal fuente de ingresos de los artistas, y lo que puede ser más lucrativo en cuanto la recuperación de una inversión, solo hace falta ver los números de la gira de Taylor Swift y del propio Bad Bunny. Además, dado que los precios siguen subiendo, y los conciertos se siguen llenando, es fácil imaginar que esos números sigan subiendo.

En cualquier caso, en español, inglés o coreano, no parece una mala noticia para una de las industrias más afectadas por el parón pandémico. Aunque los números de Spotify sí que subieron durante 2020 tantos las incipientes ventas físicas, como los conciertos desaparecieron del mapa. Esto además hecho para atrás varios lanzamientos de artistas, que se encontraban esperando por el levantamiento de los confinamientos para poder salir de gira.

Pero solo hace falta ojear los carteles de festivales para notar que cada vez es más común ver artistas de habla hispana como clave incluso en países anglosajones. No es casual que el momento más visto del Coachella en streaming sea Bad Bunny. Además, dado que la nueva revolución musical parece venir de México, los sonidos norteños, no parece que otro idioma pueda superar al español en los próximos meses. 

EL VINILO: EL OTRO REGRESO DE LA INDUSTRIA MUSICAL

En cualquier caso además del streaming hay otra área de la música que se ha recuperado, sorpresivamente: Las ventas físicas, especialmente el mundo del vinilo. Aunque en esta área el formato por sencillos del reggaetón los ha alejado un poco de la parte más alta de las listas. Allí sí que Taylor Swift, Dua Lipa y algunos artistas míticos se han convertido en una importante fuente de ingresos

Será interesante ver esta evolución en los próximos meses. En cualquier caso invertir en Bad Bunny parece una buena idea aún hoy, sobre todo ahora que su nuevo lanzamiento apunta a que volverá a salir de gira por el mundo.  

Ernesto Rodriguez
Ernesto Rodriguez
Periodista, entrevistador e investigador de oficio. Amante del cine, la música y Political Junkie. Escribo de empresas de transporte, cultura y sanidad