sábado, 14 diciembre 2024

‘La ‘Séptima’ Champions del Real Madrid de Mijatovic cumple las bodas de plata

“Recordar es volver a vivir”. Esta frase del ‘hombre del gol, Héctor del Mar, cobra todo su sentido con un acontecimiento marcado a fuego en los aficionados del Real Madrid: la Séptima, la Champions que el Madrid ganó el 20 de mayo de 1998 ante el Juventus de Zidane y del Piero. La Oreja del gol de Mijatovic. Echando la vista atrás, este recuerdo ayudará a los merengues, de capa caída estos días después del baño recibido en las semifinales de la Champions ante el Manchester City del eterno barcelonista Pep Guardiola.

RECUERDO ETERNO DE LA SÉPTIMA

Un fecha: 20 de mayo de 1998; una acción, el remate con gol de Pedja Mijatovic; un minuto, el 66 de partido. Una frase: «El Madrid, otra vez campeón de Europa. Un recuerdo eterno: ‘La Séptima’. Así se expresan muchos aficionados del Madrid consultados por MERCA2 con motivo del aniversario de la victoria del Madrid ante el Juventus de Turín en la final de la Champions League de la edición 97-98. Mijatovic se hizo un hueco en la historia del Madrid. Muchos que entonces no habían nacido, lo recuerdan con emoción. Cuestión de transmisión de sentimientos.

Pedja Mijatovic marcó el gol que dio al Real Madrid la ansiada Champions League.

El Real Madrid ha sido 14 veces campeón de la máxima competición europea a nivel de clubes, ya sea en el formato de cruces de la antigua Copa de Europa o en el de la liguilla y las eliminatorias de la Champions. Ocurre que hay una generación que solo ha visto un Madrid imperial en la competición de la Orejona, mientras que muchos solo vivieron fracaso tras fracaso desde 1966, año en el que el  Madrid ye-ye conquistó la sexta Copa de Europa.  Por eso, la Séptima sirvió como elemento de unión, de catarsis colectivo para acabar con los fantasmas.

Lo que el que fuera presidente del Madrid Ramón Mendoza denominó urgencias históricas. El tanto de Mijatovic fue el del Madrid de ‘los García’, el de la ‘Quinta del Buitre’, burlada por la injusticia en la Copa de Europa de 1988, la de la pesadilla de Eindhoven ante el PSV o el mal sueño de los dos años siguientes por el rodillo del equipo perfecto: el Milán de Sacchi, el de los “holandeses”, con permiso de la denominación correcta, neerlandeses, Van Basten, Rikjaard y Gullit.

Con esa Champions, conquistada con Lorenzo Sanz como presidente, el Real Madrid echó fuera muchos fantasmas que habitaban en el Santiago Bernabéu.

SEPTIMA 1 Merca2.es
21/03/2020 El expresidente del Real Madrid Lorenzo Sanz DEPORTES REAL MADRID C.F.

Lo hizo en una temporada horrible en Liga, con numerosos rídículos y con una parte de los jugadores más pendientes de ir de copas a Barnon, famoso bar de la noche madrileña de finales de los 90, y de la colonia en el vestuario y los coches de lujo que de poner los cinco sentidos en el terreno de juego.   El entrenador, Jupp Heynckes se vio superado muchas veces, devorado por un vestuario lleno de estrellas, pero, como sucede tantas veces,  no sabes por qué, pero el Madrid, llega y gana. Sin explicación.  O con ella. Por lo civil o lo penal, como solía decir el gran técnico Luis Aragonés, el “Zapatones”.

La explicación del triunfo del Madrid tiene su explicación en el talento de la plantilla del Madrid, en la oportunidad de algunos acontecimientos y en “la sonrisa del destino”, con permiso del autor de la frase, el ex líder de Podemos, Pablo Iglesias.

Una plantilla con uno de los mejores porteros del mundo, Bodo Illgner; con la mejor pareja de centrales del momento, Fernando Hierro y Manolo Sanchís; con el mejor lateral izquierdo del planeta, Roberto Carlos y con Redondo, Seedorf, Raúl, Súker, Mijatovic y Morientes, era un plantel monumental para la Champions.  Al César lo que es del César, en esa plantilla había varios jugadores recomendados por Fabio Capello, el ex entrenador del Madrid, que solo duró una temporada en su primera etapa en el club (la 96-97): Morientes y Karembeu fueron jugadores que Capello dejó encargados y que heredó Jupp Heynecks.

La sonrisa del destino también guarda un hueco a Capello, ya que un fichaje suyó, Christian Panucci, fue gran protagonista del gol de Mijatovic. Un pelotazo, en realidad un melón del lateral derecho italiano del Madrid, le llegó a Roberto Carlos, que lanzó un disparo que se perdió en un mar de piernas, pero la fortuna hizo que el balón llegara a Mijatovic, que burló al portero, Anghelo Peruzzi y tuvo el instinto y tino justo para elevar la pelota y que el central uruguayo Montero no la sacara. 

La posterior locura del montenegrino es solo equivalente a la locura silenciosa que vivieron millones de madridistas. Gol. Un expresión tan mustia como esa en un momento tan brutal fue lo que alcanzaron a decir muchos que no encontraron otro modo de expresión. La explosión con el pitido final llenó de felicidad al madridismo.

Ahí se acabaron las urgencias históricas.  Manolo Sanchis levantó la Orejona por todos los que sudaron el escudo y no pudieron alzar la copa.  En el caso de la Quinta del Buitre, a la que el fútbol, sin emblemas, como deporte, tanto debe, la deuda del deporte rey con la ‘Quinta’ quedó saldada. Al menos uno de ellos, como capitán, levantó la Champions.


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