La Fundación Jiménez Díaz acoge la celebración del VI Foro Debate Multidisciplinar en Trombosis

  • Especialistas de varias sociedades científicas recuerdan que los anticoagulantes de acción directa han demostrado mayor seguridad que los que se utilizan actualmente en el caso de la reducción de hemorragias mayores
  • Numerosos expertos han abordado el manejo de la anticoagulación bajo una visión multidisciplinar en la sexta edición de un encuentro que se consolida como referente en este ámbito médico

Actualmente se calcula que en España hay un millón de personas anticoaguladas, una cifra que aumentará en los próximos años debido al envejecimiento de la población. Con el objetivo de que todos los profesionales implicados en este ámbito de la medicina conozcan cuál es el manejo óptimo del tratamiento antitrombótico periprocedimiento, el Aula Magna de la Fundación Jiménez Díaz acogió ayer la celebración del VI Foro Debate Multidisciplinar en Trombosis, organizado de manera conjunta por la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), la Sociedad Española de Cardiología (SEC), el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Por eso, y coordinado por los doctores Pilar Llamas Sillero, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz y vicepresidenta de la SETH; María del Mar Freijo Guerrero, del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Cruces (Barakaldo); Francisco Martín Ortuño, del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia); y Miguel Martín Asenjo, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, el encuentro se celebró bajo el título «Presente y perspectivas futuras para mejorar la calidad del tratamiento antitrombótico periprocedimiento».

Un análisis que el Dr. Martín abrió recordando que en la actualidad los fármacos anticoagulantes de acción directa (ACODs) no están financiados en el campo de la trombosis, y urgiendo a las administraciones a «agilizar la financiación de los mismos, dado que han demostrado mayor seguridad que los fármacos utilizados actualmente, especialmente en el caso de la reducción de hemorragias mayores».

Como novedad este año se puso sobre la mesa el manejo de la anticoagulación en los pacientes que van a ser sometidos a cirugías y procedimientos. «Valoramos el riesgo de los mismos, la atención previa y también la posterior. Para ellos repasamos las guías actuales y los problemas de implementación en el sistema sanitario actual», dijo el Dr. Martín, que moderó junto a la Dra. Llamas, la primera mesa del encuentro.

En esta primera parte, el Dr. Luis David Vivas Balcones, del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), revisó los datos del registro multidisciplinar REQXAA y se refirió, entre otros aspectos, al uso de nuevas tecnologías, como las apps móviles, al hablar de herramientas útiles que «ayudarán mucho a implementar nuevos protocolos de actuación» en este ámbito de la medicina tan multidisciplinar.

Por su parte, la Dra. Llamas señaló que el número de pacientes tratados con fármacos antitrombóticos (anticoagulantes y/o antiagregantes) aumenta cada año. «Posiblemente muchos de estos pacientes requerirán a lo largo de su vida de algún procedimiento quirúrgico o intervencionista que precise la interrupción de la terapia antitrombótica. A pesar de contar con recomendaciones para el manejo perioperatorio de los fármacos antitrombóticos, el estudio REQXAA pone de manifiesto que, en un alto porcentaje de los casos, este manejo es inadecuado», puntualizó.

El manejo de la terapia antitrombótica en el ictus agudo fue otro de los temas abordados en el encuentro. En este sentido, el Dr. Ignacio Casado Naranjo, del Servicio de Neurología del Hospital San Pedro de Alcántara (Cáceres), introdujo esta enfermedad como heterogénea tanto en su etiopatogenia como en su evolución. Su ponencia se enmarcó en la fase aguda del ictus, cuyos límites abarcan desde las 24 horas hasta los 7 días desde su inicio, «un periodo en el que deberíamos conocer su causa e iniciar las medidas de prevención para evitar nuevos eventos». En este punto, añadió que «el tratamiento antitrombótico es un pilar fundamental para este objetivo y las guías de práctica clínica nos orientan sobre su utilización».

En esta primera parte del foro también participó la Dra. Rosa Vidal Laso, del Servicio de Hematología y Hemoterapia de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, que dedicó su ponencia a una revisión crítica sobre lo que aportan los nuevos documentos consenso. Por su parte, la Dra. Olga Madridano Cobo, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Infanta Sofía (Madrid), trató las dificultades en la implementación de las recomendaciones actuales.

Durante el foro se celebró también la mesa redonda titulada «¿Hacia dónde vamos en el manejo del tratamiento antitrombótico periprocedimiento?», en la que la Dra. Olga Gavín Sebastián, del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa (Zaragoza), destacó que las unidades clínicas de anticoagulación se iniciaron hace más de dos décadas para centralizar, estandarizar y mejorar el cuidado de los pacientes anticoagulados mostrando un claro beneficio clínico. «Hoy en día, con la aparición de los anticoagulantes orales de acción directa, las unidades clínicas de anticoagulación se están reconvirtiendo en unidades de tratamiento anticoagulante», puntualizó.

Por su parte, el Dr. Juan Carlos López Fernández, del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Doctor Negrín (Gran Canaria), analizó en esta mesa el síndrome antifosfolípido como una más entre las múltiples causas del ictus. «Se trata de una patología compleja y poco frecuente, pero que afecta a un segmento joven de la población. El interés radica en que la expresión clínica es variable en lo relativo a la gravedad, el diagnóstico es difícil y con frecuencia es necesario diferirlo en el tiempo, ya que requiere una confirmación de laboratorio a las 12 semanas del evento índice, salvo que esté diagnosticado previamente».

El Dr. José Miguel Rivera Caravaca, de la Universidad de Murcia y del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca, dedicó su intervención a la enfermería especializada en tratamiento antitrombótico. Al respecto, subrayó su importancia, ya que «las enfermeras son por lo general el primer profesional sanitario que se encuentra el paciente, así como uno de los perfiles más accesibles y que más confianza generan en ellos».

De hecho, según este especialista en el campo de las patologías con elevado riesgo trombótico son muchos los estudios que demuestran que consultas monográficas y especializadas coordinadas por enfermeras (por ejemplo, de fibrilación auricular) se traducen en unos buenos resultados clínicos.

La asistencia compartida en servicios quirúrgicos fue otro tema abarcado en el encuentro. Para el Dr. Eduardo Montero Ruiz, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares), «es una forma de organizar la asistencia a los enfermos hospitalizados en la que un internista, además del especialista correspondiente, les atiende conjuntamente. Este sistema está demostrando múltiples beneficios de todo tipo: asistenciales, económicos, en servicios quirúrgicos y en servicios médicos».

La visión de los pacientes

El foro ha dedicado, como es habitual, una mesa específica para dar voz a los pacientes en torno al abordaje de la patología. En concreto, han estado presentes representantes de varias asociaciones de cáncer, valvulares, anticoagulados e ictus.

En la cita han participado Marcos Martínez, gerente del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC); José Luis Blanco Ávila, vicepresidente de la Asociación Española de Portadores de Válvulas Cardiacas y Anticoagulados (AEPOVAC); Rafael Martínez, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados (FEASAN); e Isis Daniela Sarmiento, directora de Comunicación de la Asociación Madrileña de Pacientes Anticoagulados & Cardiovasculares (AMAC).

Para el Dr. Martín, los pacientes son la visión última de este tipo de iniciativas, por lo que deben tener voz y se les debe escuchar: «En mi opinión, deben participar en las decisiones clínicas. Estamos en una sociedad en la que la información es muy accesible. Sin embargo, la información contrastada y fiable, no es tan fácil de encontrar, por lo que la participación de los pacientes en este tipo de foros tiene un mayor interés», dijo.

En la misma línea, la Dra. Freijo destacó la importancia de este punto de vista «porque conocer la visión del paciente es fundamental para poder mejorar nuestra práctica». «En el futuro vamos hacia una mayor participación en el manejo de su enfermedad, incluido el tratamiento», concluyó.