La industria de la aviación comercial aún se está lamiendo las heridas causadas por la pandemia, que no terminó hasta esta semana según la Organización Mundial de la Salud, y el parón global en el turismo y los viajes de negocios que arrasó con los vuelos comerciales. En cualquier caso se trata de una situación que ha venido mejorando y que con la reapertura casi total del continente asiático ha mejorado esos números, recuperando buena parte de la demanda de viajes por avión en el mundo.
La demanda de viajes aéreos en marzo recuperó el 88% del nivel prepandemia y aumentó un 52,4% con respecto al mismo mes de 2022, impulsada especialmente por el aumento de demanda de la región Asia-Pacífico, según datos de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
El transporte aéreo nacional de viajeros en marzo se situó en el 98,9% de las cifras de 2019, mientras que en el mercado internacional se alcanzó el 81,6% de los niveles prepandemia, con un aumento en comparación con el segundo mes de 2022 del 34,1% en rutas internas y del 68,9% en las rutas internacionales.
El director general de IATA, Willie Walsh, ha señalado que el aumento de demanda de vuelos se debe al crecimiento de las compañías aéreas de Asia-Pacífico a medida que se afianza la reapertura de China
«Las ventas de billetes para viajes nacionales e internacionales indican que el fuerte crecimiento continuará en la temporada alta de viajes de verano del hemisferio norte», ha destacado.
Por zonas, el tráfico internacional de las aerolíneas de Asia-Pacífico fue el que más aumentó con un 283,1% más en comparación con marzo de 2022. La capacidad creció un 161,5% y el factor de ocupación subió 26,8 puntos porcentuales hasta el 84,5%.
Por parte de los operadores europeos, su tráfico internacional creció un 38,5% respecto al año pasado, mientras que la capacidad aumentó un 27% y el factor de ocupación subió hasta el 79,4%.
Las aerolíneas de Oriente Medio registraron un aumento de demanda del 42,1% este mes de marzo, por encima de las aerolíneas norteamericanas y latinoamericanas, cuyo tráfico internacional creció un 51,6% y un 36,5%, respectivamente. En África, el tráfico de las aerolíneas fue un 71,7% superior en marzo.
LAS CIFRAS MEJORAN PERO AÚN NO ALCANZAN 2022
La demanda de carga aérea cayó un 7,7% en marzo en comparación con el mismo periodo de 2022 y se redujo un 8,1% con respecto a 2019, mientras que la capacidad mundial, medida en toneladas-kilómetro de carga disponibles creció un 9,9%.
El director general de IATA ha señalado que, aunque el entorno comercial es «difícil», hay «buenas noticias»: Las aerolíneas están recibiendo ayuda para gestionar la volatilidad con rendimientos que se han mantenido altos y precios del combustible que se han moderado desde niveles excepcionalmente altos.
Por regiones, las aerolíneas norteamericanas decrecieron un 9,4% en la demanda de carga aérea internacional en comparación con marzo de 2022. Las compañías aéreas de Oriente Medio registraron un descenso del 5,5%, mientras que la demanda de las aerolíneas europeas cayó un 7,8%.
Además, las aerolíneas de Asia-Pacífico informaron de una caída del 7,3%, mientras que las latinoamericanas registraron un descenso 5,3%. «De cara al futuro, con la reducción de la inflación en los países del G7, se espera que los responsables políticos suavicen las medidas de enfriamiento económico, lo que estimularía la demanda», ha añadido
2024 DEBERÍA COMPLETAR LA RECUPERACIÓN DE LOS VUELOS
De momento, asumiendo que los números sigan subiendo y que no hay otra complicación, la aviación comercial debe estar rezando para que Putin no invada otro país, lo normal es que ya el próximo año se recupere globalmente la demanda normal de vuelos, tanto por turismo como por temas de negocios, aunque es cierto que haya un porcentaje de estos últimos reemplazado del todo por las reuniones por Zoom.
Manteniendo la conciencia de esta realidad es una industria que está buscando las herramientas necesarias para ser sostenible de cara al cambio climático. La inversión no solo en la compensación carbónica, sino también en nuevos combustibles como el SAF serán clave en los vuelos de los próximos años, al menos si esperan mantenerse como una industria clave en un mundo que a pesar de todo mantiene un alto nivel de globalización.