Fue en los últimos años del siglo XIX cuando un joven botánico ruso llamado Dimitri Ivanovski investigó sobre una enfermedad infecciosa que afectaba a las plantas de tabaco, conocida con el nombre de mosaico del tabaco. Este nombre provenía de la estructura en mosaico de colores verde claro y oscuro presente en las hojas infectadas. Encontró que el virus era debida a una infección bacteriana, pues al triturar hojas de plantas enfermas y verter su jugo a otras plantas sanas se transmitía la infección. Posteriormente, el botánico ruso publicó todas estas ideas en 1892, pero no tuvo una gran repercusión en el mundo de la microbiología.