Desde los orígenes de la humanidad han existido métodos de transporte de heridos hasta otro punto donde se les pudiese ofrecer atención médica. Diferentes documentos históricos prueban que el primer vehículo específico destinado al transporte de enfermos se creó en torno al año 900 a.C, aunque no hay datos fehacientes que prueben que eran los primeros, ya que quizás las ambulancias surgieron a partir de la invención de la rueda.
Hay constancia de que la primera ambulancia podría estar fechada en el siglo X, construida por los anglosajones, y consistía en una pequeña parihuela colocada sobre un carro tirada por caballos. Sin embargo, todo cambió con la llegada de Dominique-Jean Larrey, el médico de Napoleón Bonaparte, durante la batalla de Spires entre Francia y Prusia. Durante la Revolución Francesa se puso en marcha su sistema de ambulancias volantes. Un sistema eficiente de carros tirados por caballos que transportaba a los heridos hasta los hospitales con la intención de que fuesen atendidos en las siguientes 24 horas.