Según un nuevo estudio, las primeras estrellas del universo podrían haber tenido aproximadamente 10.000 veces la masa del sol y ser unas 10.000 veces más grandes que las estrellas más grandes que las de la actualidad. Sus simulaciones observaron específicamente un fenómeno conocido como acumulación de frío. Grandes flujos de materia fría y densa podrían chocar con un disco de acreción en el centro de gigantescos cúmulos de materia. Al tener lugar este evento de corrientes rápidas de materia fría, que golpean estructuras ya formadas, se formaría una onda de choque y esa onda de choque desestabiliza rápidamente el gas, provocando el colapso instantáneo de grandes bolsas de materia, evitando que se fragmentara en grumos más pequeños. Eso significa que las estrellas formadas por estos grupos podían volverse increíblemente grandes.