Es normal que de vez en cuando hagamos cosas que sabemos que no son buenas para nosotros, pero que nos proporcionan un momento efímero de placer. Trasnochar, tomar algunas copas de más, fumar, comernos una tableta de chocolate… Hacemos estas cosas conscientes de que pueden suponer una pequeña agresión a nuestro cuerpo y aun así elegimos seguir adelante.
Sin embargo, hay hábitos muy cotidianos y muy normalizados que también son dañinos a largo plazo y ni siquiera lo sospechamos. Hay costumbres aparentemente inofensivas que pueden estar afectando a nuestro cerebro y a nuestra salud mental. Por ejemplo, restarle una sola hora al sueño nocturno puede favorecer la aparición del Alzheimer. Abusar de la comida basura puede derivar en depresión. Estos son solo algunos ejemplos, pero hay más acciones cotidianas dañinas como las que te explicamos a continuación.
1NO EXPONERSE A LA LUZ NATURAL
El síndrome de la depresión estaciona suele afectar con bastante frecuencia a las personas que viven en países muy al norte, y tienen pocas horas de luz natural a lo largo del año. Pero, debido a nuestro estilo de vida, este problema se está trasladando a países soleados como España. Los estudios confirma que cuando no recibimos suficiente luz natural, sobre todo durante las primeras horas del día, el riesgo de depresión se incrementa. Además, los síntomas de quienes la padecen pueden empeorar. Además, esta falta de luz natural también afecta al ciclo de sueño y puede impedir dormir bien por la noche.