Indra ha activado el plan de sucesión de su consejero delegado, Ignacio Mataix, considerado como el último hombre fuerte de la etapa de Fernando Abril-Martorell. Marc Murtra tiene ahora la posibilidad de dividir la compañía y comenzar así una etapa. La decisión se ha adoptado por unanimidad en el consejo de administración tras alcanzar un acuerdo con el propio Mataix, que continuará en la compañía española y cotizada en el Ibex 35 para culminar el plan estratégico de la compañía.
La cúpula de Indra ha mostrado por unanimidad su agradecimiento y felicitación a Mataix por su excelente aportación al negocio de Transporte y Defensa
Indra contará para este proceso con una «consultora independiente», según ha indicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Mataix mantendrá sus funciones para «facilitar el proceso de sucesión» y la continuidad de la gestión, hasta el nombramiento de un nuevo consejero delegado. Además, mantendrá su vinculación con la compañía para definir el próximo plan estratégico de cara a los próximos dos años.
INDRA ALCANZA NIVELES NO VISTOS DESDE 2018
El propio Mataix trabajará durante ese tiempo para Indra como «asesor estratégico» del consejo durante los próximos 24 meses, según ha informado la secretaria del consejo, Ana María Sala.
La cúpula de Indra ha mostrado por unanimidad su agradecimiento y felicitación a Mataix por su «excelente aportación al negocio de Transporte y Defensa y por su gran desempeño como consejero delegado al frente de la Compañía, y de forma muy especial los resultados obtenidos en el año 2022».
Bajo la batuta de Mataix, Indra se ha disparado un 36% en 2022. Entre el mínimo y el máximo, la subida alcanzó el 56%. No obstante, en la jornada de este martes, el mercado ha digerido este anuncio con un descenso cercano al 6%, hasta los 11,5 euros por acción.
INDRA, DE RÉCORD EN 2022
Indra registró máximos históricos en cartera, contratación, ingresos y EBIT, según las cuentas de 2022. Bajo la dirección de Mataix, la compañía redujo la deuda a prácticamente cero y disparó el dividendo un 67%.
Así, la cartera se incrementó en un 16%, hasta los 6.300 millones de euros, con un aumento de la contratación del 29%. Los ingresos, por su parte, registraron una subida del 14%, hasta los 3.851 millones de euros, aupados principalmente por Minsait y Transporte y Defensa, con un 18% y un 6% más respecto a 2021. Asimismo, la compañía se beneficio de un tipo de cambio favorable.
Con todo, el beneficio por acción se incrementó en un 20%, mientras que el beneficio neto subió en un El beneficio básico por acción (BPA) aumentó un +20% respecto a 2021. El resultado neto ascendió a los 172 millones de euros, frente a los 143 obtenidos el pasado ejercicio. Además, Indra redujo su ratio de deuda financiera neta sobre Ebitda a 0,1 veces, frente a las 0,8 registradas a cierre de 2021. De esta forma, con Mataix al frente, la compañía anunció un dividendo de 0,25 euros, que se abonará el próximo 12 de julio. En 2021, los accionistas de la compañía percibieron 0,15 euros por acción.
INDRA ENTIERRA EL PLAN DE ABRIL-MARTORELL
Con esta salida, Indra cierra una etapa de cambios. Hace menos de un año, Cristina Ruiz presentó su dimisión como consejera delegada de Indra TI. Mataix se quedó como único consejero delegado y ahora Murtra podrá diseñar una escisión dentro de la compañía semipública.
La salida de Ruiz permitió dar un vuelco al plan de Fernando Abril-Martorell, que mantuvo dos consejeros delegados al frente de la empresa, uno para el área tecnológica y otro para Transporte y Defensa, la división más rentable.
De esta forma, el nuevo plan estratégico de la compañía pasará por impulsar esta última división, un reto que tiene como objetivo crear una empresa modélica en España. De hecho, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha elevado su participación hasta el 28%.
El Gobierno justificó esta decisión por «la importancia de reforzar la participación del Estado como accionista de referencia en una compañía estratégica para el país». La SEPI mostró su «compromiso del Estado» con una compañía estratégica y reforzó la posición de control directamente con el desarrollo del Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS).