La sombría herencia de José Manuel Pérez Tornero complica la gestión de RTVE

Elena Sánchez Caballero sorteó este pasado jueves sin sobresaltos la reunión del Consejo de Administración de RTVE, tal y como adelantó MERCA2. La presidenta de la Corporación pública mantiene el respaldo de PSOE, Unidas Podemos, CC OO y el PNV, que forman mayoría frente a la pinza conformada por el PP, el ‘tránsfuga’ Ramón Colom… y la UGT.

LOS MALABARES

La presidenta supuestamente interina está intentando hacer malabares con la sombría herencia que le dejó su antecesor, José Manuel Pérez Tornero, silente tras conocerse que la marca de ropa El Ganso no desembolsó ni un solo céntimo a RTVE por publicitarse durante 40 días en la ropa de casi un centenar de profesionales en un evento, el Mundial de Qatar, del que la pública emitió una veintena de partidos que promediaron 5 millones de espectadores.

el Mundial de fútbol masculino tuvo un coste de 37 millones de euros para RTVE

Competencia ha abierto expediente contra esta flagrante irregularidad que, por acción u omisión, debe tener consecuencias, ya que no hay un contrato que avale esta vinculación entre la favorecida marca de ropa madrileña y RTVE, que no ha recibido ni un solo céntimo de este acuerdo firmado verbalmente por la citada compañía y el subdirector de Deportes, Javier Grima.

Cabe recordar que el Mundial de fútbol masculino tuvo un coste de 37 millones de euros para RTVE, que ganó la subasta a las privadas a costa del erario público y recaudó poco más de 1 millón de euros en conceptos publicitarios.

LA HERENCIA DE PÉREZ TORNERO

Pérez Tornero accedió en marzo de 2021 a la presidencia de RTVE con la intención de pacificar un tenso conglomerado mediático público que había liderado de forma decepcionante Rosa María Mateo, que incumplió todas sus promesas de regeneración de la casa. El nuevo presidente de RTVE llegó avalado incluso por el PP, que conseguía colocar a sus peones en el Consejo de administración de la pública y en el organigrama de la misma como premio, decían, a desencallar la renovación del Consejo General del Poder Judicial atascado por decisión de Pablo Casado y Alberto Núñez Feijóo.

El academicista Pérez Tornero se suponía que iba a renovar RTVE junto a su jefe de Gabinete, José Juan Ruiz, afín a Génova 13. Y lo que hizo fue echar a Jesús Cintora, prenda republicana del PSOE para suavizar sus guerras con PP y Atresmedia; encargar la decepcionante La gran consulta, 345.000 euros dispuestos para el lucimiento de la antisanchista María Eizaguirre; e intentar subir la audiencia, se suponía que para ganar prestigio, a base de millonarios derechos deportivos.

Pérez Tornero autorizó gastos por valor de 200 millones de euros en su escaso año y medio al frente de RTVE, 87,3 de ellos ejecutados en 2022. Mientras tanto, La 1 marcaba sus mínimos históricos, los ‘Telediarios’ se hundían sin remedio y la ficción entraba en una crisis nunca vista en TVE. Al mismo tiempo, Comisiones Obreras denunciaba que el presidente de RTVE diseñaba concursos teledirigidos en favor de sus colegas (su amiga Mireia Pi se convirtió en subdirectora del área de Proyectos y Desarrollo y su excompañero Lluís Pastor en subdirector de Estudios y Transferencia del conocimiento de Radio Televisión Española) o de los deseos de La Moncloa (Jon Ariztimuño, íntimo del nuevo director de Contenidos José Pablo López, se convirtió en subdirector de Informativos y la llorentista Maribel Sánchez-Maroto ganó el de directora de Magazines).

Pérez Tornero autorizó gastos por valor de 200 millones de euros en su escaso año y medio al frente de RTVE

Además Pérez Tornero, de forma obscenamente insólita, hacía encargos televisivos a los consejeros con la intención de asegurarse sus votos: Jenaro Castro y la propia Elena Sánchez Caballero recibieron luz verde a sendos programas de entrevistas mientras otro amigo del consejero Ramón Colom era fichado por RTVE.

LA MONCLOA BUSCA LA TESTA DE ALFONSO MORALES

La Moncloa, muy enfadada actualmente con el expresidente de RTVE por los elevados gastos que ha dejado comprometidos que dificultan la gestión actual, no quiere quemarse con los anteriores temas y prefiere rebotar que la Intervención General de la Administración del Estado investiga 12.108,80 euros de gastos en comidas en 2021 por parte de los directivos de RTVE (sobre los que también pesa otra investigación interna, que tendrá un coste de 11.000 euros… para investigar un gasto de 34.000 euros en taxis).

La inspección afea la falta de «austeridad» y protesta por los «elevados cargos en bebidas alcohólicas» de varios directivos

La inspección afea la falta de «austeridad» y protesta por los «elevados cargos en bebidas alcohólicas» de varios directivos, entre los que se encontraría el actual secretario general de RTVE, Alfonso Morales, al que La Moncloa quiere fuera y no consigue echar por la negativa del consejero peneuvista Juan José Baños, sobre el que descansa el peso estratégico de una empresa estatal con más de 1.000 millones de euros de presupuesto.

Sobre estos gastos Pérez Tornero dice que son parte «de un asunto sin recorrido ninguno y que se ha sacado del contexto adecuado, provocando un daño reputacional no solo a personas concretas, sino a RTVE. Por tanto, creo que hay que condenar su instrumentación interesada y hacer todo lo posible por que en el futuro no puede repetirse. Si, en el momento procesal oportuno, se me hubiera permitido conocer el informe provisional de la interventora, todo habría quedado bien aclarado, resuelto y perfectamente documentado».

«Como no fue así -sino que se hizo todo lo contrario-, creo que lo que urge es reparar el daño cometido contra el honor y la profesionalidad de determinadas personas y asegurar que nada parecido pueda ocurrir en el futuro», añade. También dice que «ninguno de estos gastos fue decidido unilateralmente por una persona en concreto, sino que en todos los casos estos gastos fueron, en su día, supervisados, aprobados y validados por los órganos competentes de RTVE, y siguiendo siempre los protocolos habituales en estos temas».

LA VÍCTIMA

Pérez Tornero, que se cree víctima de una «campaña de desprestigio», afirma que «la mayoría de nombramientos de mi equipo no tomaron posesión hasta mediados del 21. No pudimos implementar ningún cambio normativo hasta finales de año. Heredamos, pues, el consejo actual y mi equipo toda la normativa que Hacienda critica ahora. No ha habido irregularidades en ningún tipo de gastos de relaciones públicas en mi período. Si Hacienda ha planteado alguna sugerencia sobre documentación al respecto, a mi no se me ha pedido».

En definitiva, que RTVE vuelve a ser utilizada como campo de guerra de diferentes intereses partidistas (PSOE o PP), sindicales (UGT y CCOO) o económicos (Grupo Prisa). La pregunta es, ¿quién defiende a RTVE?