¿Qué pasa con la Justicia en España?

Pues pasa que ha sido, es y, seguramente, seguirá siendo la casa de tócame Roque. Ahora se corre el grave riesgo de que le echemos la culpa a los letrados de la Administración de Justicia (hasta 2015 conocidos como secretarios judiciales) porque, hartos de ver desatendidas sus justas y razonables reivindicaciones, se han lanzado a la huelga, según expone en este artículo el abogado y presidente fundador de Durán y Durán Abogados, Miguel Durán Campos.

LOS FUNCIONARIOS

Son más de cuatro mil funcionarios en toda España a quienes se les ha ido aumentando la carga de trabajo para aligerar la de los jueces; es decir, se les han atribuido muchas más funciones, sin duda, con una buena finalidad, pero sin revisar a fondo su estatus profesional. Dependen todos ellos del Gobierno español, del Ministerio de Justicia, concretamente (aquí, por fortuna, no ha habido traspaso de competencias a las Comunidades autónomas), y el Ministerio de Justicia lleva ya aguantando la huelga -es un decir, porque la ministra no aguanta nada- más de tres semanas sin haberse reunido con el Comité de Huelga, porque la primera reunión la tendrán, si Dios quiere, el próximo día 16.

El Ministerio de Justicia lleva ya aguantando la huelga más de tres semanas

La mejor prueba de que la Administración de Justicia es, mejor dicho, funciona de forma desastrosa la tenemos en el hecho de que, siendo -como debiera ser- un servicio público de primer orden, la señora Ministra tarda todo ese tiempo en sentarse a negociar. Para nada le importa que, cuando se produzca esa primera reunión, ya se hayan suspendido unos ciento cincuenta mil actos judiciales, ni que muchos más ciudadanos (cada acto judicial afecta en promedio a dos o más) vean retrasados sus juicios “ad callendas grecas”, o sea, quizá por muchos meses en el mejor de los casos, si no por años. Pero hay también muchos abogados que nos vemos directamente afectados por las suspensiones de esos actos judiciales, y que ni siquiera se nos avisa con un mínimo de antelación, sucediendo que te presentas en el Juzgado o ante el Tribunal y te dan con la puerta en las narices.

DEJACIÓN DEL PROBLEMA

Ésta -que yo hago aquí- no es una crítica puntual y sólo referida al actual Gobierno Sánchez, porque todos los gobiernos que en España han sido, todos los políticos que dicen habernos representado en el tiempo que tiene de vigencia la Constitución, han hecho total y absoluta dejación respecto del inmenso problema que tenemos con unos juzgados y tribunales que funcionan con mucho más retraso en comparación que la RENFE de posguerra; unos políticos que, sin excepción, sólo miran a los jueces para intentar invadir el Poder Judicial, para meter la mano en el Consejo General del Poder Judicial, en el Tribunal Constitucional, en el Tribunal Supremo, en la Audiencia Nacional, en los Tribunales Superiores de Justicia -en todos ellos, si pueden, en el Tribunal de Cuentas (aunque ni el Tribunal de Cuentas ni el Constitucional sean, propiamente, Planta Judicial), y sólo porque realizan el más indecente tráfico de influencias que en España existe, que no es otra cosa que tratar de tener amiguetes en esos órganos que, luego, puedan influir en otros colegas para que determinados pleitos les salgan a ellos (a los políticos) lo mejor posible.

los ciudadanos y todos los que actuamos en el amplísimo escenario de la Justicia, vemos cómo esta (su administración) es cada día más lenta, más ineficaz y más complicada

Pero, entretanto, los ciudadanos y todos los que actuamos en el amplísimo escenario de la Justicia, vemos cómo esta (su administración) es cada día más lenta, más ineficaz y más complicada para el “justiciable” y para abogados, procuradores y demás actores intervinientes.

LA CULPA

Por eso, ahora lo fácil es echarles la culpa a los que están en huelga; pero qué poca gente mira a una ministra que, como se trata de la Justicia, tarda una eternidad en hacer algo que hubiera debido acometer mucho antes de que la propia huelga entrara en vigor. Pero claro está: la Ministra se hallaba en plena pelea con su colega, la señora Irene Montero, a cuento de la reforma de la Ley del “sólo sí es sí”, que no digo yo que no tenga importancia, pero que no veo cuánto de incompatible tiene con que también se hubiera dedicado un poquito a arreglar el problema de los huelguistas, que están reivindicando cosas muy puestas en razón. Pero, para estos funcionarios, el océano de “pasta” que maneja Pedro Sánchez sin cuento ni medida en favor de quienes le interesan más políticamente hablando, para los trabajadores de la Administración de Justicia dice la Ministra de Hacienda que no hay dinero disponible, porque han de saber Ustedes, sufridos lectores, que la Justicia es la cenicienta de todos los servicios públicos en España, detrás incluso de la Dependencia y, por supuesto, muy por detrás de la sanidad y de la educación.

de un lado los jueces y magistrados y, de otro, el resto de operadores de este amplísimo sector de actividad, vamos aguantando carros y carretas

Lo que sucede es que, de un lado los jueces y magistrados y, de otro, el resto de operadores de este amplísimo sector de actividad, vamos aguantando carros y carretas, porque como el mal ya se ha hecho crónico y, además, afecta a todos, pasa lo que pasa con esas enfermedades que permanecen “que ya son compañeras en el viaje de la vida”; y como además a todos afectan, hay que aplicarle el otro dicho: ese que dice que mal de muchos, consuelo de tontos. ¿Verdaderamente somos tan tontos? ¡Pues parece que sí!, que vamos a seguir tragando quina: los jueces -que son pocos y mal retribuidos- a lo suyo, que es seguir permitiendo el mangoneo de los políticos en su Órgano de Gobierno; los LAJs -antiguos secretarios judiciales-, a su huelga, legítima y totalmente justificada; los abogados, a seguir diciéndole a los clientes que nada podemos hacer, porque además, nuestros colegios profesionales ni se quejan ni se rebelan; y Usted, pagano de toda esta “fiesta”, ¡ajo y agua, que es una combinación perfecta!.

Miguel Durán Campos (abogado, presidente fundador de Durán y Durán Abogados).