El motivo por el que debes dejar de mascar chicle

Todos lo hemos hecho o lo hacemos con asiduidad o incluso a diario. Mascar chicle es tan habitual en casi cualquier edad que se nos hace difícil no dejarlo. Primero porque es algo que nos entretiene, es gustoso por su sabor y ayuda normalmente a calmar nervios. Nos viene a la imagen el típico entrenador mascando sin parar o un músico en pleno concierto. Para muchos es sinónimo de mala educación o chulería, pero está claro que todos hemos sido asiduos al chicle, sobre todo en la infancia, y en muchos casos se ha ido extendiendo durante toda nuestra vida. Si les dices que es mejor dejarlo, igual te miran raro y te dicen que con el tabaco o el alcohol, vale, pero ¿con los chicles? Pues veamos por qué.

 

BUSCANDO MÁS BENEFICIOS, PERO SIEMPRE CONSUMO MODERADO

chicle

El consumo de chicle puede repercutir positivamente en otros aspectos además de en la limpieza bucal. Reduce el apetito, por lo que te ayudará a mantenerte en línea evitando picar entre horas. Proporciona una sensación refrescante y buen aliento dificultando que se te seque la boca. También está su efecto desestresante, que ayuda a reducir la ansiedad y disminuye la fatiga mental.

Además, al masticar chicle activas la mente aumentando la concentración. También puedes utilizarlos en los viajes de carretera o avión en los que tengas cambios de altura para destaponarte los oídos. Y por supuesto lo que hemos apuntado respecto al aliado para dejar de fumar.

Felix Esteban
Felix Estebanhttp://www.felixesteban.com/
Nací en Valladolid, donde estudié Periodismo, pero llevo varios años viviendo en Madrid. Me he formado en comunicación corporativa y community manager pero lo que más me gusta es escribir. He colaborado en varios medios online (escritos y radio), entre ellos Tribuna Interpretativa y Wall Street International. Actualmente trabajo como redactor en moncloa.com, merca2.es, cotilleo.es y Qué!, y colaboro en el portal de cine EspecialistaMike, donde realizo críticas de cine, una de mis grandes pasiones. ¿Las otras? Literatura, tecnología, economía e historia, jugar al tenis y montar en bici; ah, y aprender, escribir y aprender.