Se acerca septiembre, y junto con el pago de la hipoteca, viene el alto costo de la luz, el gas y los carritos de compras, viene también el gasto típico de comenzar la escuela y el dinero no alcanza.
Negociar con el banco
Otra opción es concertar una cita con el responsable de tu banco para negociar una solución que te ayude a evitar el impago. Por ejemplo, puede solicitar:
Se aplica Moratoria. Esto significa diferir los pagos de las cuotas por un tiempo y continuar la hipoteca con los mismos términos iniciales al final del plazo acordado. Es poco probable que los bancos lo acepten, pero no tienes nada que perder si lo intentas, especialmente si eres un cliente de por vida de la empresa.
Una alternativa que te permite pagar sin cuotas o solo la parte de interés por un tiempo. Por supuesto, siempre y cuando te corresponda, se acumulan intereses (con la moratoria esto no ocurre porque todos los pagos son diferidos), sin embargo, es un precio que vale la pena aceptar si te ayuda a evitar deudas y recuperarte financieramente.
Debido a que el período de reembolso es más largo, el monto del pago a plazos también es más económico, lo que facilita el pago. Con esta opción, también puede pagar más intereses ya que se generan durante un período más largo.
Recuerda que el banco no tiene ninguna obligación de aceptar tu oferta. Pero tampoco quiere que dejes de pagar tus cuentas. Normalmente se puede llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes, que sea útil cuando el efectivo es escaso para un problema en particular y los gastos no se pueden reducir.
