A medida que envejecemos, se vuelve más difícil perder peso. A partir de los 50 años, perder peso se convierte en un reto que requiere más tiempo y dedicación que cuando eras más joven. Esto se debe a una combinación de estilo de vida y factores fisiológicos que, cuando se combinan, hacen que sea más difícil perder ese peso extra.
8Obstáculo N.º 5: un cambio en los hábitos de sueño

La investigación ha demostrado consistentemente que existe un vínculo entre la privación del sueño y el aumento de peso. Un estudio publicado en BMJ Open Sport & Exercise Medicine encontró que los participantes privados de sueño no solo comían más al día siguiente, sino que también elegían alimentos ricos en calorías.
La falta de sueño también puede afectar la capacidad del cuerpo para regular las hormonas antes mencionadas, la grelina (que promueve el apetito) y la leptina (que suprime el hambre).
La solución: acuéstese y despiértese a la misma hora todos los días, ya que las grandes fluctuaciones en el sueño pueden afectar su metabolismo. Si esto es difícil para usted, puede ser útil crear un ritual antes de acostarse para indicarle a su cuerpo y mente que se relajen.
Esto puede incluir apagar todos los electrodomésticos, ponerse el pijama y cepillarse los dientes al menos una hora antes de acostarse.