En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, probablemente también pase un tren de alta velocidad. Poco a poco Renfe ha ido apuntando con su Ave fuera de las zonas tradicionalmente turísticas para alejarse de los nuevos competidores, una decisión que ha llevado la alta velocidad a lugares de España que lo pedían hace mucho. Sucede que ahora la empresa italo-española Iryo ha puesto la vista en Cuenca, Albacete y Tarragona, lo cual es una novedad.
Con el permiso ya aprobado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) es solo cuestión de tiempo para que los trenes rojos de Iryo empiecen a verse en estas zonas. Es un paso importante para este proceso de competencias, que, por primera vez, se aleja de los mercados más evidentes para llegar a algunas zonas del país que, en ocasiones, pueden ser realmente complicadas de acceder.
Es que es un cambio de estrategia evidente para Iryo. En vez de asumir el mercado compartido en las rutas más transitadas, la empresa apuesta por darse a conocer en espacios con algo de menos movimiento. Hasta ahora es la única de las dos recién llegadas al sistema ferroviario que ha apostado por estos destinos, con la francesa Ouigo manteniendo su atención en los espacios más tradicionalmente turísticos.
UN PANORAMA FERROVIARIO DIFERENTE
Estas rutas exigen a la empresa controlada desde Italia un nuevo paradigma. Son espacios que Renfe operaba con servicios de Avant y Media distancia, que son servicios públicos, y el motivo por el que la nueva ferroviaria Iryo tuvo que esperar por el permiso de la CNMC. Estos servicios tienen una exigencia distinta en cuanto a su funcionamiento en el día que los servicios de larga distancia, que habían tenido protagonismo en los últimos meses.
La ventaja que debería ofrecer Iryo en estas rutas es la de una velocidad superior a los trenes que Renfe opera en esta ruta. Sin embargo, lo normal es que aun si consiguen establecer un precio inferior al de la estatal en estas rutas, como es el caso en la ruta Barcelona-Camp de Tarragona, la única donde han competido con el Avant, no puedan mantener la misma frecuencia. Además, en este momento, los servicios de media distancia se incluyen dentro del abono gratuito de Renfe, lo que siempre será una mejor oferta.
No por eso dejan de ser una opción interesante. Cabe señalar que el principal factor diferenciador de la empresa ítalo-española es la variedad de precios y servicios que ofrecen en sus trenes. Quizás no se vuelvan una mejor opción para el viajero común de estas rutas, pero es posible que puedan atraer algunos viajes de negocios o vacacionales que exijan algo más de comodidad.
IRYO SIGUE PONIENDO EL OJO EN RUTAS CLAVE PARA RENFE
La velocidad con la que Iryo parece adaptarse a cada vez más sectores del mercado ferroviario español. Quizás su origen como empresa local, les esté permitiendo adaptarse al territorio más fácilmente que a su competencia francesa, que ha tenido que alargar proyectos como su llegada a Málaga debido a la necesidad de adaptar sus trenes a esta ruta.
Es que justamente Málaga es uno de los destinos clave donde en un par de meses la ferroviaria estatal perderá su hegemonía. Junto a su presencia en Valencia y Barcelona esto hace evidente que la recién llegada ha sabido apuntar por las joyas de la corona de Renfe y ahora ha decidido perseguirlos justamente en esos espacios donde quizás pensaron que no tendrían competencia, una situación bastante delicada.
EL PORCENTAJE DE MERCADO DE LOS TRENES SIGUE EN AUMENTO
Más allá de las estrategias de cada una de las competidoras del «juego de trenes», como lo bautizo la propia Renfe, lo cierto es que las nuevas opciones de precios y rutas han dejado que poco a poco los pasajeros se acostumbren más a moverse en trenes. Según algunos cálculos, el sistema ferroviario ha absorbido ya un 10% de la cuota de mercado de los vuelos internos, un número que podría seguir aumentando en 2023, en especial con los problemas internos de las aerolíneas low cost.
Es un cambio importante en cuanto a como los españoles tratan sus viajes internos, y cada vez hay más destinos viables. Es un cambio de paradigma que ha ocurrido bastante rápido, empujado no solo por el aumento de las opciones sino porque tanto la Unión Europea como el Gobierno ven en el transporte ferroviario una opción más sostenible que los aviones o los coches de cara a la transformación energética del continente.
De momento el «juego de trenes» continua, y cada vez es más competitivo. Si bien, es complicado saber quien será el ganador entre los grandes competidores si siguen apareciendo más opciones de precios y rutas los grandes ganadores serán los usuarios.