Formación para trabajadores: Claves del auge de los cursos de empresas

A finales del siglo XX y principios del XXI tan solo las grandes corporaciones (algunas) incorporaban formación presencial para sus trabajadores como acción complementaria en sus planes de carrera. Empresas financieras o tecnológicas principalmente. Y no realmente como medida de retención del talento, o de prevención de fuga del mismo, sino como estrategia corporativa a nivel comercial. Hoy en día, en cambio, los beneficios de la formación en empresas está permitiendo a miles de pequeñas y medianas pymes ser mucho más competitivas en sus sectores, y, además, fidelizar a su equipo en relaciones laborales a largo plazo. 

Las exigencias empresariales que experimentan la inmensa mayoría de compañías (no importa su sector), con una cada vez más alta competitividad y un notorio incremento de gastos, ha disparado la necesidad de aumentar internamente el rendimiento de producción, lo que pasa inexorablemente por desarrollar las competencias profesionales de su plantilla. ¿Cómo? La formación continua especializada es una de las principales vías. 

Pero ¿qué significa exactamente el término formación continua?

La formación y la absorción de nuevos conocimientos relacionados con la ocupación profesional de cada uno, dejó hace mucho tiempo de quedar reducida únicamente al periodo universitario o de formación profesional tras la finalización de los estudios de secundaria. Aunque todavía los hay, hoy una gran mayoría de puestos laborales ya no son tan mecánicos y cerrados como los de antaño; los constantes cambios sectoriales, sociales y tecnológicos exigen a los profesional una renovación y complementación ininterrumpida de sus competencias para seguir siendo competitivos en el mercado laboral, y las empresas que los contratan, competitivas en sus nichos de mercado. 

La formación continua es, por tanto, el estudio y desarrollo de competencias profesionales que los trabajadores hacen a lo largo de su carrera laboral, sin fecha de inicio ni de caducidad. De esta forma, podríamos estar necesitados de nuevos cursos profesionales según el sector de ocupación que tengamos, hasta los mismísimos últimas años de nuestra vida laboral. 

Cómo funciona

La decisión de formarse a medida de que se trabaja en un puesto con funciones específicas, recae en el propio trabajador/a o en la empresa. Gracias a las plataformas de cursos online con certificado y a la formación bonificada, miles de empresas inscriben a sus empleados/as a coste cero en formaciones homolgadas específicas, la mayoría online, para de este modo mantener a su plantilla actualizada, involucrada y competitiva ante la evolución del mercado y de las necesidades de los consumidores. 

Como decimos, la formación continua a nivel laboral es mayoritariamente online, pero también (especialmente antes de la pandemia) se desarrolla en centros formativos presenciales, como universidades, academias o centros de enseñanza. Los muchos entornos elearning que existen en la actualidad, dan todo facilidades a los usuarios/as. 

Cursos que se pueden acometer tanto en el horario laboral, previo consenso con la empresa, o fuera de nuestro horario lectivo. Tan solo con un dispositivo electrónico con conexión a Internet, se podrá acceder a estos pequeños grandes espacios educativos donde los usuarios/as dispondrán de las clases en directo, grabadas, acceso a los recursos de la formación, a chats/foros con profesores, tutores y/o compañeros, tests de evaluación y mucho más. 

Beneficios principales

Aquí debemos hablar de los beneficios individuales que los trabajadores van a ganar, y luego, los empresariales de los que la compañía se beneficiará sin lugar a dudas. 

Si nos referimos a los empleados/as:

  • Autodesarrollo
  • Desarrollo profesional como parte de su plan de carrera
  • Actualizar competencias, habilidades y destrezas
  • Elemento motivador y de compromiso con la empresa
  • Promoción del uso de las tecnologías


Por su parte, la empresa adquirirá:

  • Mejoras en la eficiencia productiva
  • Retención del talento
  • Adecuación persona-puesto
  • Compromiso con la organización y reducción de costes ligados a la rotación de personal
  • Adaptación a la transformación digital


Al respecto de los beneficios, hay que destacar la conciliación que se consigue al formarnos a través de la empresa. Mayoritariamente, los cursos se desarrollan en horario laboral, por lo que no exige dedicación extra fuera de nuestras obligaciones con la compañía. Además, si se opta por los formatos online, si por cualquier circunstancia no lo podemos ejecutar en horario lectivo, la flexibilidad de la formación online nos permite estar en casa y adaptar las horas de estudio al horario que mejor nos convenga. De esta forma, somos capaces, aun con las lógicas dificultades, conciliar mucho mejor las obligaciones laborales y formativas con las responsabilidades familiares y domésticas. 

En definitiva, la formación para trabajadores en las propias empresas ya es la tónica predominante en las estrategias integrales de crecimiento que las compañías implementan a lo largo del año. Mención especial a sectores como la Banca, los Seguros, las Finanzas o los Recursos Humanos, cuyas compañías contratan cada vez más packs formativos mensuales o anuales para el desarrollo profesional de sus empleados/as.